El gobierno de Paraguay, por su parte, dijo que su objetivo es buscar acercar al mercado chino a sus empresarios sin verse obligado a renunciar a su relación diplomática con Taiwán, al que China considera una provincia rebelde, y que tiene en el país suramericano a su único aliado en la región.
Asunción, 3 jun (EFE).- La crisis que atraviesa el sector de la soja paraguaya ha acentuado en las últimas semanas las voces que desde el sector privado exigen al Gobierno que se abra a China como solución a sus problemas, aunque Paraguay carece de relaciones con el gigante asiático por su alianza con Taiwán.
La petición la formalizó este lunes el gremio agrícola del sur del país en una reunión con el ministro de Agricultura y Ganadería, Denis Lichi, y el secretario de la Presidencia, Julio Ullón, en la que analizaron las posibles soluciones a la crisis del sector, cuya producción se redujo un 23,5 % desde enero.
Además de solicitar una reestructuración de sus deudas, los productores pidieron al Ejecutivo que abra una «oficina comercial» en Shanghái (China) o, en su defecto, «buscar algún (tercer) país para acercarnos y hacer negocios» con China, según explicó a los medios el presidente de la Coordinadora Agrícola de Itapúa (CAI), Dante Servián.
Servián remarcó el atractivo de ese mercado «especialmente» para las materias primas alimentarias como el maíz, la carne vacuna y porcina o la soja, rubro en el que Paraguay es el cuarto exportador mundial.
Al respecto, el titular de Agricultura informó tras el encuentro de que el Ejecutivo estudia las «posibilidades» de acercamiento a China y, aunque no concretó la fórmula que utilizará, adelantó que «muy pronto vamos a tener una puerta de acceso» a ese mercado.
El objetivo de Paraguay es abrir el mercado chino a sus empresarios sin verse obligado a renunciar a su relación diplomática con Taiwán, al que China considera una provincia rebelde, y que tiene en el país suramericano a su único aliado en la región.
Las voces que desde los diferentes sectores productivos solicitan al Gobierno ese acercamiento se acrecentaron en los últimos meses como una solución a la desaceleración de la economía paraguaya, que según las previsión de abril del Banco Central del Paraguay (BCP), crecerá un 3,2 % en 2019, ocho décimas menos de lo que estimó en diciembre.
Los últimos en reclamarlo públicamente, aunque no directamente al Gobierno, fueron la patronal agrícola Unión de Gremios de la Producción (UGP) y, en declaraciones a Efe, el directivo de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Ricardo Felippo.
Desde la ARP, que agrupa a los ganaderos del octavo exportador mundial de carne bovina, Felippo señaló la pérdida de competitividad que supone esa falta de relaciones frente a sus vecinos, que exportan gran parte de su producción a China.
En el caso de la soja, la apertura a China permitiría a los productores paraguayos reducir su dependencia de la cotización del grano en el mercado de Chicago, donde en un año ha perdido cerca de un 20 % de su valor, después de que las autoridades chinas aplicaran un arancel del 25 % a la soja estadounidense en el marco del conflicto comercial entre ambas potencias.
La caída de precios coincidió este año con una drástica bajada en la producción debida a las inclemencias climáticas, lo que podría hacer perder al país entre el 1 y el 1,5 % de su PIB, según explicaron recientemente a Efe fuentes del Centro de Análisis y Estudios Económicos (Cadep) de Paraguay.
En la reunión de este lunes, los productores amarraron del Gobierno el compromiso de que trabajarán para reestructurar sus deudas a través de los estatales Banco Nacional de Fomento (BNF) y Agencia Financiera de Desarrollo (AFD).
El objetivo según el ministro Lichi es dotar de liquidez a los empresarios para que puedan afrontar la próxima campaña de siembra de la soja, que comienza en septiembre. EFE