Centenares de taxistas de Paraguay suspendieron su servicio este martes para tomar de nuevo las calles de Asunción con una larga caravana de vehículos, en una manifestación de carácter indefinido con la que pretenden lograr la supresión de las aplicaciones de transporte de pasajeros como Uber y Muv.
En la mañana, el «enjambre amarillo» comenzó a circular por las arterias más importantes de la capital paraguaya, haciendo sonar sus bocinas para alertar a la ciudadanía sobre la amenaza de la pérdida de puestos de trabajo que supone para ellos la llegada de las nuevas empresas tecnológicas al sector.
Las paradas de taxistas del centro de la ciudad, que a primera hora de la mañana siempre están repletas de vehículos para el transporte de trabajadores, amanecieron hoy vacías y únicamente unos pocos conductores rechazaron sumarse al parón.
Los tradicionales vehículos amarillos formaron una fila de varios kilómetros que partió desde cinco puntos distintos de la capital y que concluyó en la Municipalidad de Asunción, donde los líderes del gremio se reunieron con el intendente Mario Ferreiro.
A las puertas de la institución pública, los conductores desplegaron pancartas en las que denunciaban que plataformas como Uber no tributan en Paraguay.
«¿Plataforma a qué país va tu 25 % de cada viaje?», se podía leer en una de las pancartas de los taxistas.
«Yo, taxi, con mi trabajo pago el IVA al Estado, doy de comer y estudiar a mi familia, pago mis impuestos, a mi municipio y etc.», añadía el texto.
Los taxistas han protagonizado varias movilizaciones desde que en diciembre Uber empezó a operar en Paraguay.
Entre las medidas que contempla la asociación para paliar los efectos de su llegada, figura la petición al Gobierno de un subsidio público para taxistas o la exoneración del pago del Impuesto de Valor Añadido (IVA) en su servicio.
De acuerdo con sus previsiones, el establecimiento de empresas como Uber puede dejar sin empleo a 1.500 conductores de taxis en la capital paraguaya, lo que representa la mitad de los empleados del sector.
Otra de las empresas que está en el punto de mira de los taxistas es Muv, una compañía nacional que ofrece un servicio similar desde mediados de 2017.
«Estamos operando de manera legal», defendió la cofundadora de Muv, Ximena Duré, a Efe, añadiendo que su aplicación móvil permite «emitir facturas por todos los viajes» para pagar el 100 % de los impuestos.
La creadora de la compañía denunció que «los taxistas no están dispuestos a hablar para llegar a ningún tipo de acuerdo» y alertó de las «agresiones y amenazas verbales» que han sufrido sus conductores en los últimos meses.
Duré manifestó que desde 2017 se han presentado 15 denuncias ante la Fiscalía de Paraguay por agresiones contra vehículos y conductores.
La cofundadora se mostró a favor de «la creación de un marco regulatorio» que establezca unas «reglas de juego», aunque afirmó que tiene que ser de carácter nacional y no municipal.
Contra los argumentos de los taxistas, reivindicó algunas ventajas de su empresa como que los vehículos pasen una revisión de calidad interna, que los conductores carecen de antecedentes penales o que los pasajeros están cubiertos por un seguro de accidentes.
Fuente: EFE