El caso más crítico en la región es México, donde sus habitantes trabajan en promedio 69,3 horas a la semana. Si los datos se analizan desagregados, las mujeres trabajan 74,4 horas a la semana, unas 10,1 horas más que los hombres en ese país, siendo la cifra más alta en América Latina.
Crédito: Diario La República, Colombia – RIPE.
La brecha de género es uno de los temas de moda en cuanto congreso laboral o encuentro internacional haya sobre el panorama o las proyecciones del empleo en la región. Aunque lentamente las mujeres han venido ganando terreno en altos cargos ejecutivos en multinacionales y consolidando mejores oportunidades de desarrollo, las cifras que entregan los reportes de organismos como la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), el Banco Mundial, la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y hasta el FMI revelan que la diferencia es aún significativa.
Recientemente fue publicado un listado de Forbes sobre los 100 líderes empresariales más innovadores de Estados Unidos. Los comentarios sobre dicho informe no se centraron en el desarrollo de las empresas que ocuparon los primeros lugares como Amazon o Facebook, sino que criticaron el haber incluido tan solo a una mujer dentro de ese ranking.
Según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG) de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que analiza el indicador de tiempo total de trabajo en la región, los ciudadanos de América Latina y El Caribe mayores de 15 años trabajan, en promedio, 53,8 horas a la semana entre trabajo remunerado y no remunerado.
Para el OIG, el empleo remunerado se refiere al que se realiza para la producción de bienes o prestación de servicios para el mercado y se calcula como la suma del tiempo dedicado al empleo, a la búsqueda y a su traslado.
Mientras que el trabajo no remunerado es el trabajo que se realiza sin pago alguno y se desarrolla, en su mayoría, en la esfera privada. Se mide cuantificando el tiempo que una persona dedica al trabajo para autoconsumo de bienes, labores domésticas y de cuidados no remunerados para el propio hogar o para el apoyo a otros hogares.
El caso más crítico en la región es México, donde sus habitantes trabajan en promedio 69,3 horas a la semana. Si los datos se analizan desagregados, las mujeres trabajan 74,4 horas a la semana, unas 10,1 horas más que los hombres en ese país, siendo la cifra más alta en América Latina. De las 64,3 horas que trabajan los hombres a la semana en México, 44,9 horas son remuneradas y las 19,4 restantes no lo son. En el caso de las 74,4 horas trabajadas por las mujeres, tan solo 20,5 son remuneradas y por 53,9 horas no reciben remuneración alguna.
Iván Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario (LaboUR), explicó que las cifras que se viven en México guardan relación con la cultura machista y esto influye en el tipo de trabajo remunerado o no remunerado para la mujer. “Son unas categorías históricas y sociológicas de asignación a la mujer de roles de cuidado no remunerados que se entienden socialmente como legitimados y que implican esa duplicidad en la jornada en muchos casos”.
Si bien los peruanos no trabajan tantas horas como en México, Perú se ubica como el segundo país que más horas laborales tiene en la región: trabaja 61,3 horas a la semana. En este país hay un poco más de equidad de género, pues los hombres trabajan 60,3 horas a la semana y las mujeres 62,3, teniendo tan solo dos horas de diferencia. Ahora bien, si nos detenemos a observar las diferencias entre el número de horas entre remuneradas y no, el panorama cambia. De las 62,3 horas laboradas por las mujeres, solo 22,6 son remuneradas, mientras que a los hombres les pagan 44,5 horas de las 60,3 que trabajan a la semana.
La tercera casilla es ocupada por El Salvador, país que está muy por la línea de Perú. Allí, las salvadoreñas trabajan 58,8 horas a la semana y los hombres 58,9. Del total trabajado por los habitantes, 41,7 horas son remuneradas para los hombres y la mitad son remuneradas para las mujeres, es decir, 21,5.
Colombia es el país número 11 en la región (de 16) con un promedio de 53,6 horas trabajadas a la semana, las mujeres 52,7 y los hombres 54,5 horas. En este caso no dista de los ejemplos de la región: a las mujeres solo se les paga por 19,8 horas de las 52,7 trabajadas y a los hombres un poco más del doble, 43,1 horas. “Colombia mantiene un patrón machista en la asignación de tareas de cuidado. Eso se deriva en la tendencia del aumento desproporcionado del tiempo que trabajan las colombianas y no tienen remuneración alguna”, comentó Jaramillo.
Si damos una mirada al exterior, Alemania anunció que bajaría sus jornadas laborales a 28 horas. Según Jaramillo, Europa tiene una tendencia hacia la disminución de la jornada de trabajo porque es una preocupación que corresponde a políticas públicas que buscan un equilibrio entre la vida laboral y la vida familiar. “Lamentablemente en América Latina no hemos encontrado esa iniciativa y carecemos de eso”, señaló.