La crisis que paralizó al mundo y aceleró las mejoras en los sistemas de salud

En la remota ciudad amazónica de Inírida, de menos de 50.000 habitantes y sin acceso por carretera al resto del país, los médicos locales han recurrido a la tecnología para aliviar la presión sobre los recursos de salud agravada por la pandemia de COVID-19.

“Hemos visto un aumento en el volumen de pacientes que necesitan imágenes del tórax”, dice David Manotas, médico del pequeño hospital de la ciudad. La clínica envía -a través de la nube- radiografías de los pulmones de pacientes con problemas respiratorios para ser analizadas por radiólogos que están estudiando el virus COVID-19. “Esas radiografías se envían a especialistas para su análisis remoto, quienes brindan información excelente y rápida que nos ayuda a tomar decisiones diagnósticas rápidas. La telemedicina es invaluable para las comunidades en áreas de difícil acceso”.

El proceso que usa este pequeño hospital es sólo un ejemplo de cómo se puede usar la telemedicina para llenar la brecha de capacidad de atención médica provocada por la pandemia. En la práctica, sin embargo, la telemedicina tiene el potencial de revolucionar los sistemas de atención médica de los países en desarrollo al digitalizar una amplia gama de actividades médicas, que incluyen diagnóstico por imágenes, telemonitorización, telepatología y consultas por video.

“El COVID-19 ha hecho evidente lo mal preparado que estaba el mundo para una pandemia”, dice Guillermo Pepe, presidente de la Fundación Telmed y fundador de Mamotest, la red de telemamografía que logra acceso universal a estudios mamarios a mujeres en zonas remotas. “A medida que América Latina se consolida como el nuevo epicentro de infecciones, está claro que la atención médica está 20 o 30 años por detrás de la curva. Necesitamos acelerar la implementación de tecnologías probadas que puedan brindar atención de calidad a los sistemas públicos de salud”.

América Latina es el hogar de 650 millones de personas y, aunque la mayoría de los países reconocen el derecho básico a la atención médica, aproximadamente uno de cada tres habitantes carece de acceso incluso a los servicios básicos.

Con muy pocas excepciones, la mayoría de los países están a cierta distancia de lograr el objetivo de las Naciones Unidas de cobertura universal de salud (CSU) para 2030. La telemedicina, el proceso mediante el cual los pacientes reciben atención de proveedores remotos, se ha vuelto crucial tanto para responder a la pandemia y como el camino más realista para extender la atención médica de calidad en el mundo posCOVID. “El uso de la tecnología puede ayudar a los países de América Latina a brindar una amplia gama de atención a más pacientes en un momento en que las capacidades son limitadas y los presupuestos del sistema de salud pública son limitados”, dice Rafael Grossmann, el primer cirujano en utilizar Google Glass dentro del quirófano y un impulsor de las tecnologías en salud en Estados Unidos.

La optimización del sistema de salud busca ser un proyecto a largo plazo. En Paraguay, por ejemplo, se ha impulsado una ley de Telesalud y un sistema nacional de telemedicina que hoy en día está enfocado a contener la pandemia.

“Su proyección a futuro es cubrir todos los servicios posibles para la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de la salud de todos los habitantes de la República”, explica el director del Sistema Nacional de Salud del país, Dr. Pedro Galván. “Así como la pandemia causó varios cambios bruscos en los sistemas de salud, la telemedicina tuvo que acelerar su proceso de maduración y adopción de las diferentes tecnologías. La telemedicina vino para quedarse y evolucionar para equipararse en lo posible con la práctica presencial de la medicina, utilizando los avances de las tecnologías”, continúa Galván.

“Según las evidencias obtenidas en el Sistema Nacional de Telemedicina de Paraguay a través de estudios de investigaciones colaborativas entre la Dirección de Telemedicina del Ministerio de Salud (MSPyBS), el Dpto. de Ingeniería Biomédica e Imágenes del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (IICS-UNA) de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y la Universidad del País Vasco de España (UPV/EHU) la plataforma de telemedicina con herramientas basadas en las TICs  fortalece e impulsa la estrategia del modelo de salud pública basada en la equidad y universalidad para el acceso a tecnologías diagnósticas de alto impacto para la salud pública según el perfil epidemiológico de cada región o país.

No obstante, la clave para el funcionamiento adecuado del sistema de servicio a distancia es contar con personal sanitario capacitado en los hospitales remotos (técnicos sanitarios) así como la infraestructura tecnológica requerida, y un protocolo de trabajo”, concluye Galván.

Andrés Gubetich, Julio Borba, Julio Mazzoleni y Pedro Galván, discutiendo el plan de telemedicina nacional.
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