Buenos Aires, 17 oct (EFE). – Argentina estrena este lunes un nuevo sistema de fiscalización de las importaciones, operaciones que ya están fuertemente restringidas debido a la necesidad del país suramericano de cuidar sus reservas monetarias ante la escasez de divisas.
El Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), creado el pasado miércoles día 12 mediante una resolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y de la Secretaría de Comercio, sustituye desde este lunes al Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones, con importantes cambios en los procedimientos para poder concretar las operaciones.
Todas las importaciones deberán ser ahora validadas por el nuevo sistema, que requerirá para la aprobación de cada operación del visto bueno de la AFIP, la Aduana, la Secretaría de Comercio y el Banco Central.
Según la norma, el principal objetivo del nuevo régimen es dar trazabilidad y previsibilidad a las importaciones.
«Si bien hay ciertas mejoras en ese sentido, una mirada del régimen en su conjunto revela que el objetivo principal es maximizar los márgenes de maniobra del Gobierno para tener un mayor control sobre el flujo de importaciones y la salida de divisas con el fin último de cuidar los dólares de las reservas», observó la consultora Abeceb en un informe.
IMPORTACIONES A RAYA
La creación del SIRA se encadena con otras medidas del Gobierno argentino en relación a las importaciones.
A finales de junio, profundizó las restricciones para acceder al mercado cambiario oficial para la compra de divisas para pagar importaciones y, recientemente, incrementó el universo de bienes bajo licencias no automáticas de importación, que ya alcanza el 42 % del total importado.
Con el nuevo SIRA, entre otros aspectos, se evaluará si la empresa que solicita hacer una importación incurrió en operaciones de sobre o subfacturación o tuvo «prácticas abusivas», como interponer medidas judiciales para sortear las mayores restricciones a las importaciones impuestas por el Gobierno.
Según Abeceb, ciertos aspectos del nuevo sistema aumentan la «potencia de control» y la «posibilidad de ejercer acciones discrecionales que deriven en mayores trabas» a las importaciones, sumado ello a que las empresas y los organismos públicos intervinientes necesitarán tiempo para entender los nuevos requisitos y ajustar sus sistemas operativos.
«Habrá un importante freno en las importaciones durante los próximos días de octubre, que podría rondar los 1.500-2.500 millones de dólares, según estimaciones muy preliminares», señaló Abeceb.
Con pagos diferidos de importaciones debido a las dificultades para acceder al mercado oficial de cambios -donde el tipo de cambio para importaciones es de 152 dólares por unidad-, hay empresas que estudian saldar las operaciones haciéndose de divisas a través de los mecanismos financieros alternativos, a una cotización de entre 300 y 313 pesos por unidad.
CUIDAR LAS RESERVAS
Según observó la firma Delphos Investment en otro informe, «estos cambios apuntan a interrumpir el drenaje de divisas para ‘cuidar las reservas’ y cumplir las metas de acumulación con el Fondo Monetario Internacional, que aparecen como muy desafiantes».
Estas metas, establecidas en el acuerdo de facilidades extendidas con el Fondo firmado en marzo último, obligan a Argentina a sumar este año 5.800 millones de dólares de reservas monetarias.
En busca de ese objetivo, en septiembre el Gobierno creó el «dólar soja», un tipo de cambio diferencial para incentivar la liquidación de las exportaciones agropecuarias y apuntalar el ingreso de divisas por esa vía, pero en octubre el Banco Central ya siente nuevamente las presiones cambiarias que le obligan a utilizar reservas para responder a la demanda de dólares.
Este escenario explica por qué, además de mantener a raya las importaciones, el Gobierno ha encarecido en la última semana los dólares para el turismo en el exterior, creando el denominado «dólar Qatar».
Las reservas internacionales del Banco Central cerraron el viernes último en 39.258 millones de dólares, 404 millones por debajo del nivel de finales de 2021, pero consultores privados aseguran que las reservas líquidas de libre disponibilidad son exiguas. EFE