Washington, 2 nov (EFE). – El presidente de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, Jerome Powell, advirtió este miércoles que el techo que pueden alcanzar los tipos de interés en el país será más alto de lo esperado a la vista de los datos económicos actuales.
«Los datos recibidos desde nuestra última reunión sugieren que el nivel final de los tipos de interés será más alto de lo esperado anteriormente», apuntó en una rueda de prensa, en la que reconoció que la inflación está todavía en niveles más elevados de lo esperado.
Powell hizo estas declaraciones momentos después de que la Fed haya anunciado una subida del tipo de interés oficial de 0,75 puntos porcentuales, la sexta subida desde marzo y la cuarta consecutiva de tres cuartos de punto.
Aun así, el presidente de la Fed abrió la puerta a la posibilidad de que las próximas subidas de tipos sean de menos de 75 puntos básicos, y esto puede ocurrir «en la próxima reunión o en la siguiente».
«El momento (de subidas de menor envergadura) se acerca y puede llegar tan pronto como en la próxima reunión», que se celebra en diciembre, «o en la siguiente, pero todavía no se ha tomado ninguna decisión», aseguró Powell durante su rueda de prensa para explicar la subida del tipo de interés oficial de este miércoles.
El presidente del banco central estadounidense reconoció, sin embargo, que es muy prematuro hablar todavía de detener las subidas de tipos, ya que todavía son necesarias para «alcanzar ese nivel suficientemente restrictivo» que permita poner coto a la inflación e impedir que se arraigue.
Powell reconoció que todavía no existe un método científico para determinar en qué punto la inflación se ha arraigado, pero explicó que en el caso de que se suban mucho las tasas de interés la Fed siempre pueden recurrir a las herramientas de las que dispone para estimular la economía.
«Si cometes el error en la otra dirección, y dejas que esto se alargue, (…) el riesgo es que se arraiga en la forma de pensar de la gente», y los daños al empleo pueden ser mucho mayores, explicó.
Powell reconoció también que la posibilidad de poner coto a la inflación sin provocar una recesión de la primera economía del mundo «se ha reducido», aunque continúa existiendo.
«Creo que en cuanto que las tasas tienen que subirse y tienen que mantenerse elevadas durante más tiempo se vuelve más difícil ver ese camino, se ha estrechado», dijo.
Sin embargo, la extrema robustez del mercado laboral y la moderada, pero estable, demanda de los consumidores dan esperanza al presidente de la Fed.
El banco central estadounidense cumplió con las expectativas de los economistas y la tasa de interés oficial de la mayor economía del mundo pasa a situarse en una horquilla de entre el 3,75 y el 4%, el nivel más alto desde 2017.
Para determinar el ritmo de los aumentos futuros, el Comité tendrá en cuenta en qué medida el endurecimiento de la política monetaria «afecta a la actividad económica y la inflación» así como «a la evolución económica y financiera», apuntó la Fed en un comunicado.
LA CASA BLANCA APRUEBA
En su rueda de prensa diaria, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, respaldó las acciones tomadas por la Fed y afirmó que tendrán un impacto positivo en la economía.
«Las acciones de la Fed ayudan a reducir la inflación. A medida que aumenten las tasas hipotecarias, la demanda en el mercado inmobiliario debería seguir enfriándose y el inventario de viviendas debería aumentar, lo que podría tener el efecto de reducir la inflación en torno al precio de la vivienda», afirmó la portavoz.
Según los últimos datos publicados hace dos semanas por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés), la tasa de inflación interanual bajó por tercera vez consecutiva en septiembre y se situó en el 8,2%, aunque los precios de consumo subieron cuatro décimas mensualmente.
Estos datos demuestran que, por el momento, la serie de subidas de tipos que la Fed lleva implementando desde marzo todavía no está teniendo el deseado impacto en los precios.
Como señala a EFE el economista Richard Roberts, profesor de la Universidad Monmouth y exejecutivo de la Reserva Federal, aunque se está «empezando a ver una ligera desaceleración del consumo, los consumidores aún están pudiendo vivir de sus ahorros» y como consecuencia los precios todavía no han caído lo deseado.
«A medida que la Reserva Federal continúe endureciendo su política, comenzaremos a ver cómo retroceden las presiones inflacionarias y los precios deberían disminuir», añadió.
En su opinión, la Reserva seguirá subiendo las tasas de interés en los próximos meses «antes de desacelerar sus aumentos, hasta alcanzar una tasa del 5% en la primera mitad del próximo año».
El experto añadió que la Fed «debe tener cuidado» con los aumentos para «evitar empujar a la economía a una recesión», que podría llegar «durante la segunda mitad de 2023» aunque no será «ni profunda ni larga». EFE