Crédito columna: Alejandro Kladniew, socio gerente de Paraguay Development SRL.
Muchas veces en la vida, lamentablemente, debe venir un tercero para ayudarnos a hacer cosas que sabemos son adecuadas y buenas, pero que no las podemos llevar adelante solos.
Un ejemplo muy corriente es que todos sabemos que los kilos demás que algunos solemos llevar en nuestro cuerpo son un grave problema para la salud y también sabemos cuáles son las comidas sanas y cuáles no lo son. Sin embargo y casi en todos los casos, vamos a un médico para que nos diga y supervise lo que solos no podemos hacer, que es bajar de peso y comer de manera saludable.
De la misma forma, para la mayoría de la población resulta casi obvio que llevar adelante políticas públicas estratégicas sería un sistema adecuado, razonable y previsible que ayudaría a la inversión, la generación de empleo, al mejoramiento del crédito, a la mejora de los servicios públicos, la baja de la pobreza y/o al mejoramiento de la educación, por ejemplo.
Es claro que en los países donde hay políticas estratégicas a largo plazo, funcionan mejor que los países donde -en forma casi permanente- los que llegan al gobierno consideran que la mayoría de las cosas que hicieron los gobiernos anteriores son malas y deben cambiarse, casi con 180° de diferencia.
Es interesante al respecto trabajar sobre los términos de reformas, cambios y revoluciones que son tres adjetivos -que demás está decir- no significan lo mismo. Porque la verdadera revolución en nuestros países sería lograr justamente ponernos de acuerdo en alrededor de 10 políticas que sean de Estado, para que después los gobiernos trabajen básicamente con reformas que mejoren dichas políticas sin generar permanentes cambios estructurales.
En ese sentido, fue en diciembre de 2017 cuando se le dio la sede a Asunción de los Juegos Odesur, bajo el gobierno anterior (Horacio Cartes) y a pesar de las diferencias que existen entre ese y este gobierno (Mario Abdo Benítez), los juegos fueron un éxito. Hay que decir también que el comité organizador se mantuvo inalterable en su liderazgo, tuvo la capacidad e inteligencia para convivir y desarrollar el proyecto con ambos gobiernos.
Lógicamente hubiera sido un escándalo nacional e internacional, si el gobierno actual hubiera roto el compromiso asumido por el anterior con Odesur, de llevar adelante este evento deportivo continental y eso ayudó -seguramente- a que esta política de largo plazo no sea amenazada por el gobierno actual.
Ojalá que no necesitemos de terceros para abordar y acordar en mayoría, cuestiones estratégicas y podamos llevar adelante las políticas de Estado que urgen a Paraguay. Que los gobiernos de turno y fundamentalmente la población, puedan planificar a corto, mediano y largo plazo sus proyectos de vida, sin padecer los vaivenes de la politiquería que suele resolver, básica y mayoritariamente, intereses propios de quienes están en el poder de turno.
Bienvenido el ejemplo de los logros de los Juegos Odesur para que sirvan de modelo a seguir en tantos otros aspectos que son imprescindibles mejorar para mayor desarrollo e inclusión del Paraguay.