Isabel Saco-Ginebra, 20 mar (EFE).- El mercado bursátil suizo dio hoy muestras de que empieza a estabilizarse después de que las primeras horas de transacciones denotaran las dudas de los inversores frente a UBS, el banco que en la víspera aceptó comprar Credit Suisse, en el centro de una crisis de confianza que hizo temer seriamente por su viabilidad.
Tras haber iniciado la jornada con pérdidas del orden del 8,8%, las acciones de UBS se vendían al cierre de las operaciones en la Bolsa de Zúrich a 17,32 francos suizos, una progresión de 1,26%.
Las de Credit Suisse cerraron con una bajada del 55,74 % y una cotización de 0,82 francos (0,14 céntimos más que el precio que ha ofrecido UBS por ese establecimiento), frente a los 2,17 francos a que valían sus acciones hace cinco días.
Hace seis meses, por los títulos del banco -que será absorbido por UBS y desaparecerá cuando concluya el proceso en algunas semanas o meses- se pagaba 4,65 francos y 7,18 francos hace un año.
El título llegó a cotizarse a 84,19 francos en mayo de 2017 y hoy no vale ni el 1% de aquel importe, lo que significará una importante pérdida para los accionistas, entre ellos el Banco Nacional Saudí, dueño del mayor volumen de acciones (9,88%), aunque sus ejecutivos han asegurado hoy que la situación de Credit Suisse no le preocupa.
Fue la declaración la semana pasada del presidente de ese establecimiento saudí, diciendo que su banco no invertiría nada más en Credit Suisse, la chispa que encendió el pánico en los mercados, que retiraron a la entidad financiera suiza la escasa confianza que todavía le tenían, lo que se tradujo en una salida de dinero que llegó a cerca de 10.000 millones de euros en un solo día, el viernes.
No obstante, no todos los accionistas están tan tranquilos como los saudíes y una fundación que representa a accionistas institucionales suizos, en particular fondos de pensiones, evalúa interponer una acción legal contra la venta de Credit Suisse por tan solo 3.000 millones de euros (0,76 francos por acción).
La entrada de UBS en el rescate de Credit Suisse fue a instancias del Gobierno suizo, que quiso por todos los medios evitar su caída, convencido de que ello provocaría una crisis financiera que hubiese tenido repercusiones internacionales por las complejas relaciones comerciales que existen entre bancos de todo el mundo.
Los gobiernos de Europa y Norteamérica, en particular, agradecieron a las autoridades suizas su «rápida» reacción frente a esta crisis.
La operación no será sometida a la aprobación de los accionistas de ninguno de los dos bancos involucrados, gracias a una modificación legal que aprobó el Ejecutivo suizo, pero hoy se ha confirmado que de todos modos tendrá lugar el próximo 4 de abril una asamblea general de accionistas de Credit Suisse que ya estaba prevista.
Además de dar importantes garantías para la operación, el gobierno tomó como medida excepcional que implica que el valor de las obligaciones AT1 (deuda de riesgo relativo) de Credit Suise, por un monto de 16.000 millones de francos (17.239 millones de dólares), ha sido llevado a cero para permitir la fusión con UBS.
Además, el Banco Nacional de Suiza ha comprometido hasta 200.000 millones de francos (215.503 millones de dólares) en liquidez para ambos bancos en caso de ser necesario. EFE