Madrid, 12 jul (EFE). – La agencia de calificación de riesgos Moody’s augura que el peligro de que los países europeos sufran escasez energética durante el próximo invierno será menor gracias al incremento registrado en junio por el gas almacenado, que es 21.000 millones de metros cúbicos superior al del mismo mes del año pasado.
Las reservas de gas superaban a finales de junio a las almacenadas un año antes en buena parte de los países europeos, explica Moody’s.
En España, los depósitos están casi al cien por cien, cuando en 2022 apenas superaban el 70%; mientras que en Alemania e Italia rozan el 80%, casi 20 puntos porcentuales por encima del acumulado de junio del año anterior.
Esto se debe a «la efectividad de las acciones gubernamentales de los países europeos», así como al aumento de las importaciones de gas natural licuado, al ahorro energético de los hogares y las empresas, y, en menor medida, a la subida de las temperaturas.
La agencia destaca que, para asegurar el suministro energético con las actuales reservas durante los meses más fríos del año, Europa tendría que mantener los niveles de importación de gas licuado de 2022.
Según un informe de la Agenda Internacional de la Energía, las importaciones de gas natural licuado crecieron un 63% en 2022, que equivale a 66.000 millones de metros cúbicos más.
Moody’s también advierte de que un posible cierre del gasoducto que circula desde Rusia a través de Ucrania elevaría la demanda de gas natural licuado en 10.000 millones de metros cúbicos, pese a que la dependencia de esta fuente cayó un 75 % en el primer semestre de 2023 respecto a los primeros seis meses de 2022.
La cancelación del envío de gas ruso por tubería encarecería los precios del gas y su versión licuada, aunque sin alcanzar los picos registrados en 2022.
Además, señala como riesgos para el suministro energético europeo el crecimiento de las importaciones de gas licuado en China y la posibilidad de un invierno más frío.
Según Moody’s, si se produjesen todas estas amenazas juntas se desestabilizaría el mercado del gas y deberían intervenir los Estados.
Y aunque no sería necesario racionar el consumo, el panorama sí sería más complicado para el invierno de 2024 y 2025. EFE