Asunción, 13 dic (EFE).- Paraguay se declaró en contra de algunos puntos del acuerdo de la Cumbre del Clima de Dubái, COP28, que concluyó este miércoles, y alegó que países en desarrollo «no deben cargar con responsabilidades desproporcionadas por los daños ocasionados durante la industrialización en los siglos XIX y XX».
«El documento sobre el Balance Global no tiene carácter vinculante. No obstante, los representantes paraguayos han dejado claro y de manera contundente la posición del país en defensa de los intereses nacionales», reza un comunicado difundido por la Cancillería en Asunción.
La nota anticipa que estas declaraciones «quedarán registradas en el informe final de la COP28».
En concreto, el país suramericano manifestó su «insatisfacción» por el llamado a las partes a reducir las emisiones de metano.
En respuesta, señaló que «gran porcentaje» de sus actividades económicas «se relacionan con el sector productivo y se desarrollan bajo rigurosas consideraciones medioambientales».
También se declaró en desacuerdo con el apartado que aborda los esfuerzos para enfrentar la deforestación.
En tal sentido, destacó la importancia de referirse «específicamente a la deforestación ilegal y de tener en cuenta las diversas circunstancias de los países».
De igual forma, resaltó «su papel clave en la seguridad alimentaria y energética» y ratificó su compromiso «con un enfoque equilibrado y sostenible».
En ese aspecto, Paraguay «argumentó que países en pleno proceso de consolidar su desarrollo, no deben cargar con responsabilidades desproporcionadas por los daños ocasionados durante la industrialización en los siglos XIX y XX».
«Paraguay, con emisiones de CO2 que representan solo el 0,10 % a nivel mundial, con un significativo 44 % de su territorio cubierto por bosques y un 15% bajo la protección de áreas silvestres, no debe renunciar a las oportunidades de expansión comercial y generación de empleo», complementó.
Señaló que este principio tiene «su fundamento en el derecho al desarrollo», el cual consideró «un derecho humano inalienable respaldado por las Naciones Unidas».
El Balance Global de la COP28 pone fin al primer proceso de revisión del Acuerdo de París para analizar lo logrado desde entonces y acordar los pasos a seguir para asegurar que se cumplen sus objetivos.
En él se subraya la necesidad de una transición ecológica que permita dejar atrás los combustibles fósiles y reducir las emisiones para garantizar que el calentamiento medio no supere los 1,5 grados a finales de siglo respecto a la era preindustrial, tal y como defiende la ciencia.
Para ello, abre un amplio abanico de opciones cuya adopción deja en manos de cada país y que van desde acelerar las renovables a usar carbón, petróleo y gas de cero o bajas emisiones, pasando por la nuclear y reconociendo el papel que deben jugar los «combustibles de la transición» para garantizar el suministro energético. EFE
