El Banco Mundial ha difundido un informe respecto a que en los últimos 20 años la pobreza ha disminuido en Paraguay a la mitad. Alguien, con mucha sabiduría, escribió un artículo, hace casi ya 15 años, que se titulaba: “Paraguay, el secreto mejor guardado” y hacía ya referencia a las condiciones objetivas que existían en el país para un crecimiento sostenido como el que estamos analizando en la actualidad.
Crédito columna: Alejandro Kladniew, director de Paraguay Development.
Tengo el privilegio de estar vinculado a Paraguay prácticamente en todo este periodo de tiempo, y es fácilmente verificable como este crecimiento en el ‘papel’ se refleja en la vida cotidiana de la gente.
No soy economista, pero como un interesado sobre el tema, he leído en infinitas oportunidades en artículos variados que “el crecimiento económico sin distribución de la riqueza” no genera, per se, una mejora en la vida de las personas. Y que no existe el llamado “derrame” en la economía, si no hay una política de estado, es decir una regulación del estado, para que el crecimiento llegue a los niveles medios, medio bajo y bajo de la población. En principio, parecería ser que esto no es lo que ha pasado en Paraguay, porque no he detectado una injerencia del estado que haya condicionado a la inversión en este sentido.
Desde mi punto de vista, y reitero, no como experto en el tema, sino como un observador interesado e inquieto, parecería ser que, en el caso de Paraguay, con una carga impositiva baja y simple, con una macroeconomía estable y sana, con leyes y normas que se sostienen a través del tiempo; si se ha llegado, por lo menos en esta etapa, a que el crecimiento llegue a todos los estamentos de la sociedad.
Esta situación debería ser un llamado de atención para todos aquellos políticos y economistas que buscan condicionar las inversiones a la distribución de la ganancia, en particular y en forma excesiva, con impuestos y regulaciones que más espantan que atraen. Es paradojal que esto ocurra cuando hay casi unanimidad que no hay crecimiento de la economía sin inversión privada.
La noticia del crecimiento de la economía es muy buena, pero lo es mucho más la baja de los niveles de pobreza y la mayor cantidad de personas que ha accedido a estar dentro del rango considerado clase media, porque por lo menos para mí, no tiene sentido una economía que crece si no impacta en las personas en forma mayoritaria.
También espero, que este ejemplo de Paraguay sea útil para otros países de la región al que les es muy costoso ingresar el círculo virtuoso de la economía y mientras la gente se empobrece o se estanca, siguen sin generar un ámbito propicio para atraer al capital.
En un mundo donde todavía hay muchos que dicen que la tierra es plana, no resulta difícil de comprender que se siga discutiendo acerca de la necesidad de una economía estable y condiciones atractivas para la inversión, me gustó mucho al respecto lo que decía un periodista hace pocos días en un programa de televisión, “…hay veces que es muy extraño que resulte necesario a esta altura de la evolución de la humanidad, tener que explicar y justificar cosas tan básicas como que el “agua moja….”.