El precio de los alimentos se volvió un foco de presiones inflacionistas en el mundo. Según el índice de precios de alimentos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), desde que empezó septiembre, el índice de precios de los alimentos que recoge las principales categorías de productos alimenticios en todo el mundo, ha vuelto a ser una fuente inflacionista.
En octubre el repunte ha continuado, y se han alcanzado los precios más altos que se han visto desde abril de 2023. Este año están siendo los aceites y la leche las que más están presionando al alza, mientras que los cereales están aliviando al bolsillo de los consumidores mundiales.
El índice de precios de los alimentos que construye FAO recoge, sobre todo, los precios de los alimentos al por menor. Es así para casi el 80% de las referencias de productos alimenticios que recoge, mientras que el 20% restante se basa en los precios que se pagan al por mayor. Con este índice, la ONU construye un indicador de los precios de la comida en todo el mundo, una herramienta útil para analizar la evolución de la inflación en los alimentos en el tiempo.
Según los datos que publica FAO, los precios de los alimentos tocaron en octubre el nivel más alto que se ha visto desde abril de 2023, y ya, desde septiembre, han empezado a ser inflacionistas de nuevo. Esta fuente de presión alcista en los precios puede convertirse en un problema para los principales bancos centrales del planeta, como el Banco Central Europeo o la Reserva Federal estadounidense (Fed), que están bajando los tipos de interés y deben vigilar a la inflación, ya que un nuevo repunte puede echar al traste los planes de los bancos centrales para los próximos trimestres.
Según el índice de precios de FAO, en los niveles actuales, y teniendo en cuenta una medida interanual de los mismos para calcular la inflación, los alimentos van a ser un motor inflacionista desde ahora hasta, octubre de 2025. En lo que va de año, el índice que recoge la Agencia sube un 7%, impulsado principalmente por el aumento de los precios de los aceites y de los productos lácteos. Los cereales, sobre todo, y el azúcar, son las dos grandes categorías que están contribuyendo a frenar la subida de precios.
FAO recoge una lista amplia de referencias de precios para construir su índice y sus categorías, con 35 valores diferentes para establecer el precio de la carne, 8 cotizaciones diferentes para los productos lácteos, más de 40 referencias distintas para los precios de los cereales, 10 precios de diferentes aceites y, por último, en el caso del azúcar.
