El futuro de la seguridad: tendencias e innovación para 2025

En la foto: Fabricio D’Amico Wehrle, director de Prosegur Security Paraguay.

La seguridad privada enfrenta un desafío trascendental: la necesidad de adaptarse a un entorno en constante evolución tecnológica y social. En un mundo donde las amenazas cambian con rapidez, las soluciones de seguridad deben ir un paso adelante, anticipándose a las necesidades de las empresas y las personas

Durante los últimos años se ha presenciado la difusión entre el plano físico y digital, por ejemplo, mediante la reducción de la brecha entre la delincuencia convencional y la cibercriminalidad en diferentes países del mundo, especialmente tras la pandemia en 2020. En consecuencia, los desafíos son progresivamente más sistémicos, afectando en cascada y de manera integral a multitud de sectores y empresas, con independencia de su ubicación geográfica. En este contexto, 2025 promete ser un año de consolidación para nuevas tendencias que están transformando el sector.

2025: El año de los riesgos emergentes

La complejidad del contexto actual en el que deben operar las corporaciones, guiadas por entornos de internacionalización y dependencia a la cadena de suministro global, requiere modelos de gestión de riesgos ágiles y adaptados a las necesidades actuales y futuras. La reacción ya no es suficiente, por lo que las empresas que deseen garantizar su continuidad de negocio en un mundo altamente volátil deben anticiparse a los riesgos y retos del mañana.

En este sentido, en 2025 se observarán diversas tendencias que apuntan a un panorama de riesgos emergentes, entendidos como aquellos cuyos impactos pueden ser novedosos o inciertos para las organizaciones.

Innovación en seguridad: integración de inteligencia artificial, seguridad híbrida y ciberseguridad

El modelo híbrido, que combina tecnología avanzada con talento humano especializado, se ha convertido en la base fundamental de la seguridad moderna. Soluciones como el Centro de Operaciones de Seguridad Inteligente (iSOC), impulsadas por inteligencia artificial y videoanalítica, no solo permiten una respuesta más precisa, sino que también optimizan los recursos en tiempo real y dirigen la toma de decisiones mediante insights accionables. Esta combinación está demostrando su eficacia en Paraguay y otros mercados regionales, orientando la tendencia hacia un monitoreo más eficiente y robusto.

Por otro lado, ante el aumento de las ciberamenazas, la seguridad física por sí sola ya no es suficiente, puesto que los dominios a proteger de las organizaciones incluyen desde las personas hasta los activos o la reputación. El enfoque de Prosegur en ciberseguridad es un claro ejemplo de cómo las empresas deben enfrentar riesgos digitales complejos. Las soluciones de cifrado avanzado y protección integral de datos son esenciales para minimizar vulnerabilidades, especialmente en sectores como el financiero y comercial, con gran exposición pública y con alta vulnerabilidad a sufrir incidentes en esta materia.

Apuntando al mañana: El impacto de la sostenibilidad y la innovación social

La sostenibilidad se está convirtiendo en un eje estratégico en seguridad. Iniciativas sostenibles, que combinan la gestión ambiental con impacto social, reflejan cómo las empresas pueden liderar el cambio, no solo desde una perspectiva tecnológica, sino también en términos de responsabilidad social.

A medida que las demandas de seguridad evolucionan, el reto es mayor: construir sistemas más inteligentes, sostenibles e inclusivos. Prosegur está mostrando cómo es posible liderar el sector, adaptándose a los desafíos del futuro con una visión global que prioriza tanto la innovación tecnológica como el desarrollo humano. Para 2025, esta dualidad será el estándar de un sector que busca no solo proteger, sino también transformar las comunidades donde opera.

El camino es claro: invertir en innovación no es solo una necesidad, es una oportunidad para redefinir la seguridad como un servicio integral que responde a las complejidades del siglo XXI.

 

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