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Airbus mejora el resultado en 2024 pese al lastre del espacio por segundo año consecutivo

Toulouse (Francia), 20 feb (EFE).- Airbus mejoró en 2024 en un 12 % su resultado, con un beneficio de 4.232 millones de euros, pese al lastre de su actividad espacial, por la que tuvo que establecer una provisión por segundo año consecutivo, en este caso de 1.300 millones y para la que intenta una fusión con la de Thales y Leonardo.

El grupo aeronáutico europeo aumentó sus beneficios el pasado año gracias a su división de aviones comerciales, que aunque no cumplió completamente los objetivos de entregas (se quedó en 766, frente a los 770 esperados) sí que continuó con el aumento de producción (habían sido 735 en 2023) que es su principal desafío desde la crisis de la covid en 2020.

Esa división le reportó 5.133 millones de euros de resultado neto operativo (ebit), un 42 % más que el ejercicio anterior, de un total de 5.304 millones para el conjunto de la empresa, que creció un 15 %. El negocio de helicópteros también aportó 818 millones de euros, con un incremento del 14 %, precisó en un comunicado.

El verdadero agujero negro para Airbus fue la división de defensa y espacio, que restó al ebit 656 millones de euros, cuando en 2023 había contribuido con 220 millones positivos.

Detrás de esas malas cifras están en parte los problemas en algunas actividades de defensa y ahí hay que referirse al avión de transporte militar A400M que se ensambla en Sevilla, y que condujo a la dirección a establecer una enésima provisión, en este caso por 121 millones de euros.

Pero sobre todo el espacio, para la que se decidió inscribir en las cuentas de 2024 la citada carga de 1.300 millones de euros, que se añade a otros 600 millones de 2023, y que ponen en evidencia los serios problemas ante una competencia de Estados Unidos que con su gigantismo está acaparando casi todo el negocio.

En el proceso de revisión de las actividades de espacio y defensa que Airbus ha llevado a cabo en los dos últimos años, la empresa ya anunció el pasado otoño que reducirá su plantilla en 2.400 personas, de las cuales 303 en España.

Pero una vez finalizada esa revisión, el consejero delegado, Guillaume Faury, confirmó este jueves el grupo europeo ha decidido que tiene que ir más lejos y ha iniciado «discusiones exploratorias», que por ahora tienen un carácter preliminar, para unir sus actividades de satélites a las del francés Thales y a las del italiano Leonardo.

El objetivo -según Faury- es la consolidación del sector en Europa porque «las tecnologías evolucionan muy rápido», eso necesita fuertes inversiones y «los actores estadounidenses están trastocando el ecosistema».

Enfrente tienen, en particular la desmesura de Elon Musk, que ha puesto en pie con su constelación Starlink un proyecto con el que pretende poner en órbita unos 50.000 satélites, y que ya ha conseguido la saturación de buena parte del mercado.

El consejero delegado de Airbus afirmó que tanto su grupo como Thales o Leonardo están desarrollando nuevas tecnologías en el campo de los satélites pero les falta dimensión para poder estar a la altura de los gigantes al otro lado de Atlántico.

En lo que es su principal negocio, el de los aviones comerciales, el grupo europeo tiene intención de seguir aumentando la cadencia de producción y de subir este año hasta alrededor de 820 entregas.

Para eso, el primer reto que tiene planteado es cerrar con éxito la integración de la parte que se va a quedar de su proveedor de aeroestructuras Spirit (cuya propiedad se ha repartido con Boeing para evitar la quiebra), algo que debería estar concluido a mediados de año.

Faury reconoció que los problemas de Spirit están teniendo impacto en las líneas de montaje de sus modelos A350 y A220, que han tenido que reducir la cadencia de producción durante este primer trimestre, pero que esperan recuperar más tarde.

La «gran incertidumbre», según el consejero delegado, es lo que puede ocurrir con la política arancelaria, después de las declaraciones de Donald Trump desde su llegada a la Casa Blanca en enero.

Airbus trabaja con una cadena de suministro que está repartida por todo el mundo, y confía en que su importante presencia en Estados Unidos, donde cuenta incluso con una planta de ensamblaje de aviones de la familia A320 en la ciudad de Mobile, en el estado de Alabama, le permita capear el temporal. EFE

 

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