La generación de divisas por las ventas al exterior de soja y sus productos derivados industriales (aceite, harina y cascarilla) cerró el 2024 con US$ 4.177,60 millones, una caída del 14% con respecto a lo que se había conseguido en el 2023.
Esta variación negativa tiene fundamentalmente dos explicaciones, ya que el volumen de productos del complejo soja exportados alcanzó niveles récord este año, el primero tiene que ver con una reducción de los precios internacionales de referencia y el segundo es un incremento de la primarización, es decir, el crecimiento de la participación de la soja en estado natural dentro del total exportado, en detrimento de los productos con valor agregado.
Con todo esto, el complejo soja generó un 38% de todas las divisas que ingresaron al país por las exportaciones durante el 2024, una caída de tres puntos porcentuales si se compara con lo que se había conseguido el año pasado.
PARTICIPACIÓN INDUSTRIAL CERRÓ EN NIVEL MÁS BAJO EN 10 AÑOS
Los productos industrializados a partir de la soja generaron en el 2024 divisas por un valor de US$ 1.007,34 millones, una caída de más de US$ 400 millones con relación al nivel del año anterior.
Este valor representa apenas un 24% de todo lo generado por el complejo soja, el registro más bajo de los últimos 10 años.
Igualmente, el valor generado por la exportación de aceite, harina y cascarilla de soja este año fue el más bajo que se haya registrado desde la sequía del 2012, otro factor más que confirma la crítica situación que enfrenta la industria aceitera nacional por la falta de condiciones para competir en igualdad con las fábricas de otros países, según un reporte de Cappro.
Una revisión de la evolución de este indicador demuestra el gran potencial agroindustrial que todavía existe por explotar, ya que una industria más sólida no solo generaría más divisas que las que pueden ingresar con la exportación en estado natural, sino también más puestos de trabajo de forma directa e indirecta.
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