Paraguay: ¿Futuro gigante o promesa vacía?

Por Augusto Fabrini, analista. 

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha destacado a Paraguay como una economía emergente con un gran potencial de crecimiento. En el informe World Economic Outlook de 2024, el FMI proyectó un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Paraguay del 3,8% para el año 2025, posicionándolo como el país con la mayor tasa de crecimiento en la región sudamericana (FMI, 2024). Además, el FMI observa que Paraguay presenta un desempeño económico superior en comparación con otras economías de la región, destacándose por el crecimiento del PIB y el potencial de diversificación económica.

Paraguay, con una ubicación geográfica privilegiada en el centro de Sudamérica, se ha destacado en los últimos años por un crecimiento económico sólido, impulsado por reformas orientadas a la mejora de la infraestructura y una mayor integración en las cadenas globales de suministro. El país ha adoptado políticas económicas más liberales, enfocadas en atraer inversión extranjera, reducir la carga tributaria y simplificar la burocracia, creando un ambiente favorable para los negocios y el libre mercado.

El potencial de Paraguay como centro estratégico de Sudamérica

Paraguay se ha consolidado como un punto clave para el comercio y la logística en Sudamérica. Su ubicación, entre Brasil, Argentina y Bolivia, y su capacidad de acceder a grandes mercados en la región son grandes ventajas. La construcción del Puerto de San José (Puerto de Soriano en Uruguay) y las inversiones en infraestructura de transporte, como la Ruta Bioceánica, tienen el potencial de transformar al país en una plataforma esencial para el comercio regional. Estas inversiones son un claro ejemplo de cómo Paraguay está buscando mejorar su infraestructura y aumentar su competitividad en la región.

La participación de Paraguay en el Mercosur ofrece ventajas significativas. El bloque regional, que incluye Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, facilita el comercio intrarregional y armoniza las regulaciones comerciales, creando un ambiente favorable para los negocios. El acceso preferencial a los mercados brasileño y argentino, junto con la baja carga tributaria, coloca a Paraguay en una posición ventajosa en Sudamérica.

Sin embargo, debido a la manera en que el Mercosur fue constituido, también trae complicaciones, limitando la capacidad de negociación de Paraguay con otros bloques, mercados y grupos económicos. Paraguay debería preguntarse hasta qué punto el Mercosur le agrega valor y hasta qué punto le impide consolidar su posición.

De cualquier manera, la construcción del puerto de San José (Soriano en Uruguay) podría ser la excusa perfecta para que los líderes paraguayos se unan a Uruguay en la lucha por mayor autonomía e independencia, reduciendo la esfera de influencia de los gigantes vecinos como Brasil y Argentina. La flexibilización del Mercosur y la superación de desafíos políticos y económicos dentro del bloque serán decisivas para maximizar estas ventajas.

Otro factor que fortalece la posición de Paraguay es la baja carga tributaria. El país ofrece un sistema fiscal competitivo, con impuestos relativamente bajos para las empresas, lo que lo convierte en un destino atractivo para inversores y multinacionales. Paraguay ha sido clasificado como el país con la segunda menor carga tributaria en América Latina, solo detrás de Guatemala, lo que atrae inversión internacional.

El potencial global de Paraguay

A nivel global, Paraguay posee características que lo convierten en un fuerte candidato para destacarse. El crecimiento de sus industrias, la abundante disponibilidad de energía renovable (especialmente hidroeléctrica), las inversiones en infraestructura logística y la política de incentivos empresariales colocan al país como una opción atractiva para convertirse en un centro logístico global. Esto puede impulsar el número de empresas que optan por fabricar o producir en suelo paraguayo y enviar sus productos al mundo.

La asociación con Brasil y Argentina en la producción de energía hidroeléctrica posiciona a Paraguay como un proveedor clave de energía limpia para toda la región. La creciente demanda de fuentes de energía sostenibles coloca al país en una posición única para atender las necesidades energéticas globales, contribuyendo a su importancia estratégica en el futuro.

También el sector tecnológico ha mostrado un potencial creciente. Paraguay ha adoptado nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia de la agricultura, la industria y las infraestructuras de transporte. Además, se ha mostrado receptivo a tecnologías como blockchain, con la digitalización de sus sistemas gubernamentales, aportando transparencia y seguridad jurídica. La minería y adopción de criptomonedas, aunque aún en etapas iniciales de regulación, colocan a Paraguay como un destino prometedor para innovaciones tecnológicas, representando una ventaja para emprendedores e inversores del sector.

Con voluntad política y leyes bien estructuradas, Paraguay tiene el potencial de convertirse en un oasis fiscal para las fintechs, atrayendo miles de millones en inversión tecnológica y cripto, incentivando bancos digitales y fomentando la innovación financiera.

Las empresas y el mercado financiero paraguayo

Un desafío clave para la consolidación de Paraguay como un país estratégico en la manufactura, producción y comercio a nivel mundial es el desarrollo de su mercado financiero. Aunque en los últimos años ha habido un aumento considerable en el volumen de productos financieros disponibles, el mercado sigue siendo incipiente en comparación con otros países del Mercosur. Esto obliga a muchas empresas a buscar financiamiento fuera del país, principalmente en dólares, exponiéndolas a una eventual volatilidad.

En comparación con gigantes de la región como Brasil y Argentina, el mercado financiero paraguayo sigue siendo mucho menor. Por ejemplo, la capitalización del mercado de valores en Paraguay ronda los US$ 1,5 mil millones (Fuente: Bolsa de Valores de Asunción, 2023), mientras que en Brasil la capitalización supera los US$ 1,3 billones (Fuente: B3, 2023) y en Argentina es de aproximadamente US$ 18 mil millones.

Estos números reflejan una enorme disparidad, evidenciando el potencial de crecimiento del mercado financiero paraguayo. A pesar de su pequeño tamaño, ha crecido en relación al PIB en más del 330% desde 2020, según datos de la Bolsa de Valores de Asunción.

Un mercado financiero robusto trae grandes ventajas tanto para la población como para las empresas. Con un mercado más estructurado y sólido, y acceso a una amplia gama de herramientas y productos financieros, como los derivados, las empresas podrían financiarse a costos más bajos, con mayor estabilidad y protección en sus operaciones. Esto abriría espacio para un crecimiento más amplio y sostenible, especialmente para los empresarios locales, que podrían expandir sus negocios con menores costos financieros y mayor protección contra variaciones cambiarias, inflación y volatilidad del mercado.

Otro paso importante es la concienciación y la educación financiera para la población en general. Esto no es solo un detalle, sino el puente entre el potencial económico y el ciudadano común paraguayo.

Sin la creación de una cultura de acceso y uso del mercado financiero por parte del ciudadano común, los beneficios del Puerto de San José en Soriano (Uruguay), la ruta bioceánica, la baja carga tributaria, la energía hidroeléctrica y la expansión del parque industrial paraguayo corren el riesgo de quedar concentrados en empresas extranjeras y/o en las élites locales, mientras que el ciudadano medio, el agricultor, el pequeño comerciante y el joven de Asunción quedarán al margen de esta riqueza.

Conclusión

Los próximos años serán decisivos para Paraguay, que se encuentra en un momento crucial de su historia. Su potencial para convertirse en un centro estratégico en Sudamérica y el mundo es evidente. Con una infraestructura en crecimiento, una economía estable y una ubicación geográfica privilegiada, el país tiene la oportunidad de transformarse en un centro de negocios, finanzas, tecnología y logística, conectando mercados regionales y globales.

Sin embargo, como cualquier economía emergente, Paraguay todavía enfrenta desafíos, como la inseguridad jurídica y la necesidad de mayor transparencia en sus instituciones. A pesar de las reformas implementadas, la corrupción y la lentitud judicial siguen representando riesgos para los inversores. Paraguay se ubica en el puesto 136 en el índice de percepción de la corrupción, y la población percibe que gran parte de los poderosos del país están vinculados al narcotráfico, lo que influye políticamente en las decisiones del país. Por lo tanto, es de suma importancia que la justicia actúe con firmeza ante las infracciones de la ley, demostrando la disposición tanto del pueblo como del poder judicial para hacer cumplir lo que está estipulado en la legislación.

Es importante destacar que, en comparación con países como Brasil y Argentina, que enfrentan desafíos mucho más profundos, Paraguay presenta un sistema relativamente más simple y ágil para las empresas, además de menores costos regulatorios.

Otro desafío es el desarrollo del mercado financiero y la necesidad de educación financiera para la población, a fin de garantizar que las empresas tengan acceso a las herramientas necesarias para implementar sus proyectos, generar riqueza y brindar a los ciudadanos formas de acceder a esa riqueza generada.

El futuro de Paraguay ha sido moldeado por las decisiones políticas de los últimos años, y lo seguirá siendo por las acciones y decisiones de los próximos años, así como por su capacidad de incluir a su pueblo en este proceso de crecimiento.

Dicho esto, la educación y la concienciación financiera no son un lujo, sino una necesidad: el gobierno debe priorizar campañas y políticas que enseñen a la población a aprovechar el mundo de las finanzas, la tecnología y el comercio global. Sin esto, Paraguay corre el riesgo de crecer solo para unos pocos, mientras que la mayoría observa desde la distancia. El Puerto de San José en Soriano y la ruta bioceánica pueden ser puertas al mundo, pero un pueblo financieramente preparado será la clave para abrirlas.

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