São Paulo, 31 mar (EFE).- El Gobierno de Brasil admitió este lunes que la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) organizó una operación de espionaje contra Paraguay en 2022, bajo la gestión del expresidente Jair Bolsonaro, y aclaró que cerró ese operativo el 27 de marzo de 2023.
La operación se canceló «tan pronto la gestión actual (de la Abin) se enteró del hecho», afirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado, en el que negó «categóricamente» que el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva tenga cualquier responsabilidad en el espionaje.
«El Gobierno del presidente Lula reitera su compromiso con el respeto y el diálogo transparente como elementos fundamentales en las relaciones diplomáticas con Paraguay y con todos sus socios en la región y en el mundo», afirmó el comunicado.
La reacción del Gobierno se produce después de que el portal ‘UOL’ revelara este lunes que la Abin montó la operación de espionaje informático dirigida contra altos funcionarios paraguayos.
La acción estaba destinada a robar informaciones sobre las negociaciones de la tarifa de la electricidad de la central hidroeléctrica de Itaipú, que comparten ambos países.
Según ‘UOL’, que cita una declaración a la Policía de un funcionario de la Abin, la planificación de la operación de espionaje comenzó bajo el Gobierno de Bolsonaro (2019-2022) y se realizó en la actual gestión.
La publicación afirma que los ataques informáticos se realizaron desde servidores montados en Chile y Panamá, usando una aplicación llamada Cobalt Strike.
El ataque informático logró acceder a los computadores de «cinco o seis» funcionarios paraguayos de la Presidencia de la República, de la Cámara de Diputados y del Senado, todos ellos directamente implicados en las negociaciones de la tarifa de Itaipú, según la fuente.
De este modo, la Abin obtuvo los valores que Paraguay pretendía proponer en las negociaciones de las tarifas, así como informaciones acerca de su posición en relación al anexo C del tratado de Itaipú.
El agente aseguró que la operación se realizó con el conocimiento y autorización del director de la Abin, Luiz Fernando Corrêa, pero desconocía si los datos se usaron para el beneficio de Brasil en las negociaciones.
El anexo C, firmado en 1973, obliga a Paraguay a vender a Brasil el excedente de su cuota de energía producida en Itaipú a precios preferenciales.
El año pasado, ambos países acordaron elevar las tarifas pagadas por Brasil para los próximos tres años, que aumentaron 2,5 dólares, hasta los 19,28 dólares por kilowatio.
De forma paralela, firmaron un instrumento de entendimiento para modificar el anexo C, que permitirá a Paraguay vender libremente el excedente de su energía al mercado brasileño, regulado o no regulado.
Este acuerdo debe ser firmado el próximo 30 de mayo, según anunció la Presidencia paraguaya el mes pasado.
Al anunciar la conclusión de la renegociación de la tarifa, el presidente paraguayo, Santiago Peña, dijo que el nuevo valor es «justo» para ambos países y «abre una nueva relación» entre Asunción y Brasilia.EFE
Gobierno de Brasil dice que cerró operación de espionaje contra Paraguay en marzo de 2023
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