París, 7 may (EFE).- Las falsificaciones de productos, cuyo grueso procede de China, representaron un valor de unos 467.000 millones de dólares en 2021 en el mundo, lo que supuso un 2,3 % de las importaciones globales, según un estudio de la OCDE y de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea.
En la Unión Europea, ese porcentaje fue notablemente superior, del 4,7 %, con un valor de 117.000 millones de dólares.
Estos son algunos de los datos del último informe conjunto sobre productos pirateados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO, con sede en Alicante, sureste de España), que destaca que el grueso procedían de China y Hong Kong.
En términos de valor de las mercancías requisadas, un 47 % venían de China y un 27 % de Hong Kong, antigua colonia británica que desde 1997 forma parte del gigante asiático.
Turquía también fue origen de más del 15 % del total, tanto en valor como en número de artículos requisados.
En la UE, los productos pirateados eran un 4,7 % de las importaciones en 2021, pero la situación era todavía peor antes de la crisis de la covid, ya que en 2019 fueron el 5,8 % de las importaciones, con un valor de 134.000 millones de dólares.
China era, con mucha diferencia, el principal origen de esos artículos (más del 50 % en número de productos confiscados y el 40 % en valor), pero también tenían un peso específico muy importante Turquía (más del 20 % en número y en valor) y Hong Kong (más del 10 % en número y más del 30 % en valor).
Los productos más pirateados en el mundo, sobre la base de las incautaciones, fueron en 2021 la ropa y las zapatillas de deporte, con más del 20 % del total; seguidos por los artículos de piel (cerca del 20 %); y luego, a considerable distancia, los productos electrónicos y los relojes, con más del 5 % cada uno.
No obstante, si se examina el peso en valor, los relojes se situaban en primera posición, con casi el 25 %, seguidos de las zapatillas (casi el 15 %), la ropa (12-13 %), los artículos de piel (12-13 %) y los electrónicos (10 %).
Los autores del informe destacan que los falsificadores se infiltran en las plataformas en línea y las redes de logística; y que los servicios postales se han convertido en el principal canal de distribución.
También hacen hincapié en que son cada vez más frecuentes las «falsificaciones peligrosas», como las de piezas de automóviles, medicamentos cosméticos, juguetes y alimentos, que «plantean graves riesgos para la salud y para la seguridad de los consumidores».
«El comercio ilícito amenaza la seguridad pública, socava los derechos de propiedad intelectual y obstaculiza el crecimiento económico; y los riesgos podrían aumentar a medida que los falsificadores utilicen nuevas tecnologías y técnicas para evitar ser detectados», alerta el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann. EFE
Las falsificaciones, la mayoría chinas, representaron el 2,3% de importaciones mundiales
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