Escalada del conflicto en Medio Oriente dispara el petróleo y amenaza con inflación en la economía local.
El Estrecho de Ormuz, punto crítico: costos logísticos y tipo de cambio bajo presión.
La alta dependencia de Paraguay de las importaciones de combustibles lo hace altamente vulnerable a las variaciones del precio internacional del petróleo, traduciéndose en una presión inflacionaria generalizada, depreciación del guaraní y aumento del costo del crédito.
Asunción (Paraguay).- La escalada del conflicto militar entre Israel e Irán, registrada a partir del 12 de junio de 2025, produjo efectos inmediatos en los mercados internacionales, especialmente en el sector energético.
Durante los días posteriores al inicio de las hostilidades, el precio del crudo Brent -principal referencia internacional- experimentó un incremento acumulado de aproximadamente US$ 10 por barril, lo que representó una suba del 12% respecto a su nivel previo.
El barril alcanzó los US$ 78 el 13 de junio, máximo no observado desde enero de este año. A pesar de una leve corrección posterior, la elevada percepción de riesgo geopolítico mantuvo el precio en torno a los US$ 75 por barril al 17 de junio.
El encarecimiento del crudo obedece, fundamentalmente, a la percepción de riesgo en torno a la continuidad del suministro global. Irán produce alrededor de 3,4 millones de barriles por día, de los cuales aproximadamente la mitad se destina a exportación.
En paralelo, el conflicto incrementó la sensibilidad del mercado respecto al Estrecho de Ormuz, paso estratégico por el que transita aproximadamente el 20% del petróleo comercializado a nivel mundial.
Si bien no se han registrado bloqueos efectivos en la zona, el contexto de tensión regional ha resultado suficiente para generar aumentos en los costos logísticos, primas de seguros de carga y volatilidad en los precios internacionales.
Este escenario energético global afecta directamente a economías altamente dependientes de las importaciones de hidrocarburos, como es el caso de Paraguay. El país no cuenta con producción nacional de petróleo ni de sus derivados y debe cubrir el 100 % de su demanda mediante importaciones, lo que lo expone de forma inmediata a cualquier variación de precios en los mercados internacionales.
La transmisión del shock externo al mercado paraguayo se produce principalmente a través de los precios de los combustibles. Las distribuidoras privadas, que operan bajo esquemas de reposición dinámica y con inventarios reducidos, ajustan sus precios en función del costo de reposición de productos importados.
Por lo tanto, en un contexto de aumento sostenido del precio internacional del crudo, los ajustes en los precios de venta al público pueden observarse en un plazo relativamente breve.
Por su parte, la petrolera estatal Petropar, que opera bajo un esquema comercial diferenciado, cuenta con capacidad para adquirir combustible en condiciones de mayor volumen y negociar contratos con márgenes temporales más amplios. Esta característica le permite, en ciertos escenarios, amortiguar parcialmente las variaciones de corto plazo en el precio internacional.
No obstante, en caso de consolidarse una tendencia alcista sostenida, las estructuras de costos de la empresa también se ven afectadas, y los precios en surtidor deben ajustarse conforme a las condiciones de reposición del mercado internacional.
El aumento en el precio de los combustibles genera una serie de impactos de carácter directo e indirecto sobre la economía real. Entre los efectos directos más inmediatos se destacan el encarecimiento del transporte de carga y pasajeros, el aumento de los costos logísticos asociados a la distribución interna de bienes y servicios; y el incremento de los costos operativos de sectores productivos intensivos en el uso de gasoil, como la agricultura mecanizada, la producción agroindustrial y el transporte terrestre de larga distancia.
En el plano indirecto, los combustibles actúan como insumos transversales en la estructura de costos de múltiples sectores. Aumentos en su precio tienden a repercutir en el nivel general de precios, con efectos particularmente visibles en rubros como alimentos, materiales de construcción, manufacturas, servicios de distribución, y productos importados con componentes logísticos relevantes.
Este tipo de transmisión se manifiesta típicamente con rezago en los indicadores agregados de inflación, pero puede observarse de forma más inmediata en los precios relativos sectoriales.
Además del canal inflacionario, el encarecimiento de la energía impacta sobre la balanza comercial y la demanda de divisas. A medida que el precio internacional del petróleo se incrementa, también lo hace el valor total de las importaciones energéticas.
Este fenómeno tiende a presionar la cuenta corriente de la balanza de pagos, especialmente si no se produce una compensación equivalente por el lado de las exportaciones o de los flujos financieros de capital. El efecto final es un aumento en la demanda de divisas para financiar importaciones, lo que puede generar tensiones adicionales en el mercado cambiario paraguayo.
A nivel financiero, el fortalecimiento del dólar estadounidense como activo refugio en contextos de conflicto internacional tiende a apreciarlo frente a monedas emergentes.
En el caso paraguayo, esto se traduce en un aumento del tipo de cambio nominal frente al guaraní, encareciendo aún más los bienes y servicios importados y amplificando el efecto inflacionario local a través del canal cambiario.
Este comportamiento se ve reforzado por la necesidad de cobertura cambiaria por parte de empresas importadoras, que ante escenarios volátiles suelen anticipar compras de divisas.
En paralelo, los mercados de capital tienden a reflejar estos cambios en su estructura de tasas de interés. La mayor demanda de liquidez en guaraníes, combinada con la reducción del circulante derivada de mayores pagos en divisas por importaciones, genera un entorno de mayor competencia por fondeo. Esta dinámica eleva los rendimientos exigidos en colocaciones en guaraníes y encarece el costo del crédito para empresas y consumidores.
En suma, el incremento del precio internacional del petróleo, originado por el conflicto entre Israel e Irán, está generando impactos multilaterales en economías como la paraguaya, altamente expuesta a las condiciones del comercio internacional de energía.
La evolución de los precios internacionales y la duración del conflicto serán variables clave para monitorear el comportamiento del mercado paraguayo en los próximos meses.
PRINCIPALES RIESGOS PARA LA ECONOMÍA PARAGUAYA: GUERRA ISRAEL-IRÁN
1- Inflación por costos de combustibles:
– Directo: aumento inmediato en los precios de venta al público de combustibles, afectando el transporte de carga y pasajeros, costos logísticos, y operaciones de sectores intensivos en gasoil (agricultura, agroindustria).
– Indirecto: efecto transversal sobre el nivel general de precios (inflación), ya que los combustibles son insumos en casi todos los sectores. Impacto visible en alimentos, materiales de construcción, manufacturas, servicios y productos importados.
2- Deterioro de la balanza comercial y presión sobre el dólar:
– El aumento del precio internacional del petróleo eleva el valor total de las importaciones de combustibles.
– Esto presiona la cuenta corriente de la balanza de pagos, aumentando la demanda de dólares para financiar esas importaciones.
3- Depreciación del guaraní y mayor inflación importada:
– El dólar estadounidense se fortalece como activo refugio en contextos de conflicto, lo que tiende a apreciarlo frente a monedas emergentes como el guaraní.
– Un tipo de cambio más alto encarece aún más los bienes y servicios importados, amplificando el efecto inflacionario local.
– Las empresas importadoras pueden anticipar compras de divisas, generando mayor demanda y presión cambiaria.
4- Aumento del costo del crédito y tensiones en mercados financieros:
– Mayor demanda de liquidez en guaraníes.
– Reducción del circulante debido a mayores pagos en divisas por importaciones.
– Esto genera un entorno de mayor competencia por fondeo, elevando los rendimientos exigidos en colocaciones en guaraníes y encareciendo el costo del crédito para empresas y consumidores.
Crédito: Sudameris Securities Casa de Bolsa
© Revista PLUS Research | 20 junio 2025


