El fútbol internacional está de luto. El delantero portugués Diogo Jota, figura del Liverpool FC, falleció este jueves a los 28 años en un trágico accidente automovilístico en la provincia de Zamora, España. Junto a él, perdió la vida su hermano André Silva, de 26 años, también futbolista profesional del FC Penafiel de la segunda división portuguesa.
La Guardia Civil informó que el vehículo en el que viajaban —un Lamborghini— se salió de la carretera y se incendió tras la explosión de un neumático mientras adelantaban a otro automóvil. El siniestro ocurrió alrededor de las 00:30 (hora local).
Jota, recientemente casado con la madre de sus tres hijos, Rute Cardoso, fue una figura clave tanto en el club inglés como en la selección nacional portuguesa. Su carrera dejó una marca no solo deportiva, sino también económica en el ecosistema del fútbol europeo.
Una inversión millonaria y un legado deportivo
Adquirido por el Liverpool en 2020 por cerca de US$50 millones, Jota se consolidó rápidamente como uno de los activos deportivos más valiosos del club. Con 56 goles y 19 asistencias en cinco temporadas, fue parte de un ciclo exitoso que incluyó dos títulos de Premier League (2022 y 2025) y una final de Champions League.
En el mercado de transferencias, su evolución fue meteórica: desde el modesto Paços de Ferreira en Portugal, pasando por el Atlético de Madrid (sin debutar oficialmente), hasta brillar en el Wolverhampton Wanderers, donde marcó 44 goles y ayudó al club a ascender a la Premier League. Su rendimiento allí llamó la atención del Liverpool, que vio en él una inversión estratégica para potenciar su ofensiva.
En términos financieros, su ausencia representa una pérdida relevante para el club británico, tanto por su contribución deportiva como por su valor de marca, imagen y potencial de marketing, considerando su ascendencia dentro del mercado lusófono.
Reacciones y conmoción en el mundo deportivo
Tanto el Liverpool como el Wolverhampton publicaron mensajes de profundo dolor, solicitando privacidad para la familia. La Federación Portuguesa de Fútbol (FPF) calificó la pérdida como «irreparable» y solicitó un minuto de silencio en el partido de la Eurocopa femenina ante España.
Cristiano Ronaldo, compañero de Jota en la selección nacional, expresó su conmoción:
«No tiene sentido. Estábamos juntos en la selección nacional y tú acababas de casarte. A tu familia, a tu esposa y a tus hijos, les envío mis condolencias y les deseo toda la fuerza del mundo. Descansen en paz, Diogo y André. Todos los extrañaremos.»
Una pérdida humana, deportiva y económica
Más allá del impacto emocional y humano, la muerte de Diogo Jota pone en evidencia cómo la figura de un jugador profesional trasciende los límites de la cancha. La inversión en talento deportivo, su retorno en títulos, imagen y reputación institucional, hacen que casos como este generen efectos de largo alcance en clubes, patrocinadores, federaciones y mercados de fichajes.
En plena era de la economía del deporte, su repentina pérdida deja una huella en el fútbol europeo y un vacío difícil de llenar en el Liverpool y en Portugal.
