Crédito columna: Gustavo Valderrama, economista.
Hemos visto como el S&P 500 ha logrado nuevos máximos, y sigue mostrando resultados positivos por parte de los empresas, bancos y corporativos; también aparecen mejores proyecciones por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero la pregunta clave es, ¿Qué están viendo ellos? o ¿Qué fundamentales han cambiado de manera positiva?
¿Parece que la apuesta es una bajada de tasas? para que la deuda sea más accesible y la economía “suba” como la espuma? Aun cuando el deterioro de los fundamentales sigue siendo evidentes.
Por ejemplo, cuáles son los elementos «factuales» que hoy enfrentamos,
- Guerra comercial persistente, sin claridad sobre su impacto final en los precios, la producción y la inversión.
- Mercado laboral aparentemente sólido, pero vulnerable a cambios por el punto 1️ y que afectaría profundamente los repagos de los endeudamientos.
- Inflación por encarecimiento de las materias primas, y por pérdida del poder adquisitivo.
- Petróleo callado, pero con la capacidad de tomarse el escenario, ante un evento climático, geopolítico o energético inesperado.
- Déficits fiscales persistentes y agravándose que no se han corregido, ni en América Latina ni en las potencias globales
- Desigualdad, pobreza, desempleo, todos problemas aún vigentes en economías desarrolladas y emergentes
- Cambio climático que no sólo es un riesgo ambiental, sino económico, financiero y productivo
Mientras tanto, las posiciones del FMI parecen más un ligero ruido blanco, que una sirena, para no congestionar el «sentimiento» de mercado con una reflexión profunda sobre los fundamentos estructurales.
Realmente me queda la duda, si estamos seguros de que elevar la expectativa de crecimiento es coherente con el estado real del crecimiento económico global 2025.
Necesitamos repensar, las políticas de crecimiento, con coherencia y sostenibilidad para un mundo globalizado. Libre a la movilidad de capitales, la inversión y al KnowHow, que permitan abrir oportunidades al desarrollo, al trabajo y al libre desarrollo de ideas; donde participen Gobiernos más pequeños, menos selectivos y enfocados en solo generar externalidades positivas. Que el objetivo sea la sostenibilidad en el largo plazo y no pensar en cómo lograr buenos titulares cada día.
