El presidente de la República, Santiago Peña, instó este lunes al sector comercial y supermercadista a reflejar en los precios al consumidor la sostenida baja del tipo de cambio del dólar, en un mensaje que fue seguido por pronunciamientos de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu) y el Banco Central del Paraguay (BCP).
La intervención presidencial apunta directamente a una asimetría en el traslado de costos cambiarios: cuando el dólar sube, los precios aumentan casi de inmediato; sin embargo, cuando baja, el ajuste no sigue la misma velocidad. En este contexto, Peña reclamó responsabilidad y justicia en el proceso de formación de precios.
“No es posible que seamos tan rápidos para subir precios y tan lentos para bajarlos. El Estado tiene una responsabilidad, y yo tengo una responsabilidad. Esto no es populismo: esto es justicia”, expresó el mandatario.
Además de apuntar a supermercados y comercios, Peña extendió su análisis al mercado de la carne, advirtiendo que las familias están enfrentando dificultades para acceder a productos básicos, y que el aumento de precios no siempre se traduce en mayores ingresos para los productores.
“Alguien se está quedando con la diferencia”, sostuvo, anunciando que instituciones como la Secretaría de Defensa del Consumidor y el Usuario (Sedeco) y la Comisión Nacional de la Competencia (Conacom) serán movilizadas para velar por una competencia transparente y una protección real del consumidor.
La UIP llama a revisar márgenes con “visión técnica”
En respuesta al mensaje presidencial, la Unión Industrial Paraguaya (UIP) emitió un comunicado titulado «Reflexión compartida ante un nuevo contexto económico», en el que reconoce la importancia de evaluar, sector por sector, si existen condiciones para que la baja del dólar se traduzca en menores precios al consumidor final.
“Así como supimos adaptarnos colectivamente cuando el tipo de cambio subía, hoy también vale la pena preguntarnos si existe margen para trasladar parte de esta mejora cambiaria al consumidor final”, señala el documento.
La UIP aboga por una reflexión técnica y constructiva, apelando a la autorregulación del mercado, sin dejar de lado la responsabilidad social del sector privado: “Revisar las variables también es una forma de construir confianza, cuidar el bolsillo de las familias y sostener una economía dinámica y saludable”.
Capasu pide a proveedores ajustar precios
Por su parte, la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu) emitió un comunicado dirigido a proveedores, en línea con la exhortación presidencial, en el que solicita revisar las listas de precios ante la caída del tipo de cambio.
“En este nuevo escenario, consideramos razonable que los precios también puedan reflejar esa variación en sentido inverso”, expresa el comunicado.
La Capasu aclara que muchos de los aumentos anteriores estuvieron directamente vinculados a la suba del dólar, y llama a que la baja también se traslade a los consumidores, siempre que los costos lo permitan.
Fernández Valdovinos: condiciones para ajustes están dadas
Finalmente, el ministro de Economía y Finanzas, Carlos Fernández Valdovinos, respaldó las declaraciones de la UIP mediante una publicación en su cuenta oficial de X (Twitter), en la que sostiene que es “Muy oportuno análisis de la Unión Industrial Paraguaya. Con una cotización del dólar que ha caído alrededor del 8% desde su pico, los consumidores deberían sentir este beneficio. Se están dando condiciones para el ajuste de precios de bienes importados, incluyendo los derivados del petróleo”.
¿Baja del dólar, baja de precios?
La cotización del dólar estadounidense en Paraguay ha experimentado una reducción cercana al 8% desde sus niveles más altos del año, lo que representa un alivio potencial en las estructuras de costos para productos importados. Sin embargo, los efectos de esta tendencia aún no se reflejan plenamente en los precios al consumidor, lo que motivó la intervención del Ejecutivo.
Desde el Gobierno y el sector privado coinciden en la necesidad de actuar con sensatez, técnica y compromiso social. El desafío ahora será garantizar que el entorno macroeconómico favorable se traduzca en mejoras concretas para los hogares, especialmente en un contexto de alta sensibilidad inflacionaria.

