En la foto: Wildo González, economista de Basa Capital.
El segundo trimestre mostró la creación de 124.548 empleos, liderados por el sector asalariado y con comercio y manufactura a la cabeza. La participación laboral y la ocupación crecieron, mientras que el desempleo cayó al 4,9%, reflejando también un cierre parcial de brechas de género. Pese al buen desempeño, la coyuntura sugiere cautela de cara al tercer trimestre y mantiene un sesgo neutro sobre el crecimiento económico.
El mercado laboral paraguayo mostró en el 2T 2025 una recuperación sólida y más amplia de lo esperado: se crearon 124.548 empleos, con un aporte dominante del empleo asalariado (+104.585), mientras comercio y manufactura lideraron por sectores. La mejora vino acompañada de un aumento de la participación laboral (de 69,5 % a 70,9 %, +1,3 p. p.) y de la ocupación (de 65,1 % a 67,4 %, +2,3 p. p.) tanto en hombres como en mujeres. En paralelo, el desempleo descendió de 6,4 % a 4,9 %, con bajas en hombres (5,2 % → 4,3 %) y mujeres (8,0 % → 5,7 %), lo que sugiere una reducción de brechas. Persisten matices: también crecieron el empleo cuenta propia (+19.036) y el empleo doméstico (+13.934), rasgos menos deseables, aunque típicos en fases de expansión.
De cara al corto plazo, la mejora podría estar vinculada, en parte, a contrataciones formales asociadas a la preparación de eventos de gran escala en agosto, lo que sugiere un 3T potencialmente favorable. Aun así, el co-movimiento histórico entre confianza del consumidor y creación/destrucción de empleo invita a cautela: no hay evidencia concluyente de liderazgo de uno sobre otro. Por ello, mantenemos un sesgo “neutro” cercano al del último IPOM, condicionado al pulso de los indicadores mensuales—en particular, ventas minoristas (ECN). Si el dinamismo persiste, podría justificarse una revisión al alza del crecimiento del PIB 2025.
- Mercado Laboral en el primer trimestre de 2025
Partamos recordando que, al inicio de 2025, el mercado laboral paraguayo exhibía un desempeño moderado, en clara disonancia con la fortaleza de la actividad económica. Según la Encuesta Permanente de Hogares del INE, en el primer trimestre se generaron 41.838 empleos netos, de los cuales 43.959 correspondieron a puestos asalariados. Sin embargo, al mismo tiempo se redujo el número de empleadores en 12.707. En aquel momento señalamos que era un dato preocupante, dado que las pequeñas y medianas empresas (pymes) —que concentran la mayor parte del empleo formal en Paraguay— habían reducido su presencia en el mercado.
No obstante, aunque esperábamos para el segundo trimestre un comportamiento similar al del primero, el resultado fue ampliamente superior a lo previsto. Con la creación de 124.548 empleos, el dinamismo del mercado laboral vuelve a alinearse con el de la actividad económica, lo que constituye una muy buena señal. Lo destacable del 2T.2025 es que el aumento se explica principalmente por el empleo asalariado, que creció en 104.585 puestos. El punto débil es la expansión del cuentapropismo en 19.036 puestos, un patrón no necesariamente deseable, aunque esperable en fases de mayor actividad. En la misma línea, el empleo doméstico aumentó en 13.934 puestos; si bien tampoco es deseable, podría estar asociado a una mayor participación femenina: en el trimestre previo la participación de las mujeres había retrocedido 0,2 p.p. de la fuerza de trabajo y en este trimestre aumentó 1,0 p.p., señalando una mayor entrada de mujeres al mercado laboral.
Como muestran la Figura 1 (diferencia anual por categoría ocupacional) y la Figura 2 (diferencia anual por sector económico), comercio y manufactura fueron los sectores que más contribuyeron al aumento del empleo en el segundo trimestre. Ello contrasta con el trimestre anterior, cuando estos sectores fueron las principales fuentes de destrucción de puestos. En síntesis, el actual dinamismo del mercado laboral proviene de un incremento del empleo asalariado, principalmente en comercio e industria manufacturera.
En paralelo al comportamiento sectorial, la dinámica de la población activa aporta matices adicionales. La tasa de participación (fuerza de trabajo) aumentó de 69,5 % en el 2T 2024 a 70,9 % en el 2T 2025 (+1,3 p. p.), lo que implica que aproximadamente un punto porcentual de la fuerza laboral ingresó al mercado de trabajo, reduciendo la inactividad. Por género, los hombres elevaron su participación de 81,5 % a 83,2 % (+1,6 p. p.), mientras que la participación de las mujeres también aumentó, de 58,2 % a 59,2 % (+1,0 p. p.).
El aumento de la oferta laboral se refleja en que la tasa de ocupación subió de 65,1 % a 67,4 % (+2,3 p. p.), impulsada por mejoras tanto en mujeres como en hombres: la ocupación femenina pasó de 53,5 % a 55,8 % (+2,3 p. p.) y la masculina de 77,3 % a 79,6 % (+2,3 p. p.). Como consecuencia, la tasa de desempleo disminuyó de 6,4 % a 4,9 % (–1,5 p. p.), con descensos tanto entre los hombres (de 5,2 % a 4,3 %, –1,0 p. p.) como entre las mujeres (de 8,0 % a 5,7 %, –2,3 p. p.), lo que constituye una muy buena señal en términos de brecha de género.
- Implicancias del mercado laboral y confianza de consumidores
Dentro del marco de los escenarios que habíamos presentado en BASA Capital, anticipábamos un desempeño menos favorable del mercado laboral, con una creación de empleo similar a la del primer trimestre. No obstante, el incremento de la creación de empleo, superior a lo previsto, podría restar peso a las señales del índice de confianza de los consumidores. Es importante, sin embargo, considerar —como se observa en la Figura 3— que la variación del índice de confianza de los consumidores y la creación/destrucción de empleo (comparación del trimestre con el mismo del año anterior) suelen moverse de manera muy similar. La pregunta que surge es si el verdadero indicador líder es la confianza de los consumidores o, más bien, el propio mercado laboral. Aunque esta última hipótesis podría ser válida, no existe evidencia concluyente que la confirme.
Una interpretación de coyuntura es que la creación de empleo —que, por categoría ocupacional, se concentró en puestos asalariados y, por sector, se explicó en gran medida por comercio— responde a la preparación ante el gran número de eventos de envergadura programados para agosto. Ello habría exigido una organización adicional y una respuesta del sector privado; por tanto, el aumento del empleo asalariado podría reflejar contrataciones vinculadas a actividades en curso.
Con todo, pese al buen registro de creación de empleo y a que parte de este impulso formal podría estar asociado a los eventos, es probable que el tercer trimestre muestre también un desempeño favorable (cuando efectivamente se realizaron dichos eventos). No obstante, lo positivo, seguimos considerando vigente un escenario neutro, cercano al del último IPOM, condicionado a la evolución de los indicadores mensuales, especialmente las ventas minoristas (ECN). Si su dinamismo persiste, incluso podría justificarse un aumento en la proyección de crecimiento del PIB para 2025.

