Por Alejandro Kladniew, socio gerente de Paraguay Development SRL.
En primer término, deseo determinar el uso que le quiero dar en la nota a la palabra vulnerable, ya que hay varias acepciones de esta, en este caso elijo utilizarla como frágil, algo que es fácil de romperse en cualquier momento.
Desde hace muchos años, en el mercado de viviendas de Paraguay hay más ofertas que demanda en termino de compraventa, en especial si nos referimos a operaciones con paraguayos que residen en el país. Por suerte casi nadie ya discute esta realidad, que no debería ser materia opinable, porque son hechos comprobables.
Hemos tenido, quienes somos desarrolladores, el beneficio de contar con un gran poder de compra de extranjeros y, fundamentalmente, un mercado muy interesante de personas y familias, mayormente locales, que han alquilado la mayoría de esos metros construidos.
A pesar de la enorme dificultad comercial que implica que el comprador paraguayo no “aparezca”, cualquiera que pasee por Asunción y alrededores podrá darse cuenta de que sigue creciendo la cantidad de obras en ejecución de edificios de viviendas, como así también las que están a punto de iniciarse. Algo similar pasa con barrios privados que proliferan día a día, en especial, a partir de la construcción del nuevo puente que une el Chaco con Asunción.
Dado que paso gran parte de mi tiempo en el exterior, en particular en Argentina y Uruguay, pude ver como proliferan geométricamente los avisos en las redes sociales de desarrolladores paraguayos intentando atraer a compradores argentinos, esta difusión es cuatro veces mayor a lo que era en relación con hace un par de años atrás, en la mayoría de los casos, prometiendo capitalizaciones o rentas imposibles de conseguir. También los hay, quienes están ofreciendo unidades a equipar para después comercializarlas en el sistema Airbnb como si el turismo en Paraguay fuera a duplicarse o más en los próximos años, siendo aparte que dichos edificios quedan muy alejados de los centros de compra, oficinas, entretenimiento, etc.
Pero es cierto que continua una corriente de personas extranjeras que vienen a vivir e invertir en el país, esto es muy positivo en términos generales y agrega algún volumen de compra o alquiler al mercado inmobiliario; este proceso posiblemente continúe, es bueno, pero no hace a la ecuación de los grandes números del negocio. Podemos señalar en los últimos tiempos en particular, y destacar como algo novedoso respecto a años anteriores, la llegada de ciudadanos de Bolivia que viene a invertir y a vivir.
La gran pregunta que entiendo deberíamos hacernos es ¿hasta dónde hay población local en condiciones de absorber, a través de la necesidad de alquilar y tener los recursos económicos, para afrontar ese gasto? Como dije anteriormente, hasta el momento el mercado de alquiler demanda y es dinámico, ¿pero podrá absorber en el futuro mediato todos los metros todavía en construcción?
Estoy convencido que en caso de que no contemos con mayor población paraguaya que necesite y pueda pagar esa renta, tendremos, así como lo vemos en el mercado de compraventa, el mismo problema de saturación de oferta en lo que respecta a alquileres, lo que irremediablemente y en general llevara los retornos de los propietarios a valores muy por debajo de los actuales e ineludiblemente pondrá en riesgo los niveles actuales de construcción de edificios y viviendas.
Creo que estamos ante un presente estable, pero ante un futuro inmediato, complejo y potencialmente muy vulnerable.
