Por Augusto Fabrini, analista.
En las últimas semanas, observé que mi artículo publicado en septiembre generó debates relevantes entre analistas, lectores y profesionales vinculados al sector público. Este retorno, lejos de representar divergencias, demuestra que el tema de la liquidez y la estabilidad cambiaria continúa siendo central para la comprensión del actual momento económico paraguayo.
Por ello, considero oportuno profundizar la reflexión, como complemento técnico, reforzando que el análisis original no buscó emitir críticas, sino exponer la magnitud del desafío que enfrentan el Banco Central del Paraguay (BCP) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Revista PLUS posee un público plural: especialistas de mercado, gestores, empresarios y entusiastas de la macroeconomía. El propósito analítico, por tanto, es siempre el de contextualizar, evidenciar la magnitud de las fuerzas en juego y las implicaciones de mediano y largo plazo de las decisiones económicas, sin poner jamás en duda la competencia técnica o el compromiso público de las autoridades económicas.
La dinámica de la liquidez y la complejidad de la señalización (la prueba técnica)
Es innegable que, hacia mediados de 2025, se observó una tensión momentánea en el mercado interbancario. El indicativo más perceptible fue un movimiento atípico en la relación Guaraní/US$, lo que naturalmente suscitó interrogantes sobre las causas subyacentes de la liquidez.Las hipótesis centrales debatidas en el mercado en ese momento eran dos:
- Actuación de agentes privados: un movimiento significativo de algún gran participante que podría haber alterado el equilibrio cambiario en el corto plazo;
- Efecto indirecto de la política monetaria: la escasez de liquidez podría haber resultado de las operaciones de esterilización del BCP, realizadas para sostener el guaraní y controlar la inflación.
Aunque el origen exacto del episodio no pueda identificarse con precisión pública, la relevancia del debate fue reconocida por la propia autoridad monetaria.
El Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre de 2025 dedicó un espacio técnico específico al tema, el “Recuadro II: Evolución reciente de la liquidez en el mercado interbancario”, detallando los factores que explicaron la variación de la liquidez, entre ellos el crecimiento del crédito por encima de los depósitos y las intervenciones cambiarias necesarias para estabilizar la moneda.
La inclusión de ese recuadro no solo valida la pertinencia del debate, sino que evidencia la apertura institucional del BCP al diálogo técnico.
El análisis anterior jamás pretendió imputar errores, sino destacar el desafío de calibrar, con precisión quirúrgica, la política monetaria y cambiaria en un contexto de transición cíclica.
El riesgo teórico que se plantea en episodios de esta naturaleza es el de la falla de señalización, cuando el mercado se ve sorprendido por alteraciones abruptas en la liquidez sin una comunicación previa adecuada. La claridad en la señalización es uno de los pilares de la credibilidad monetaria.
Afortunadamente, la respuesta institucional del BCP, a través del IPoM y comunicados complementarios, reforzó la previsibilidad y devolvió serenidad al mercado interbancario.
El doble mandato: el beneficio popular y el costo corporativo
El equipo económico nacional opera bajo un doble mandato implícito:
- Mantener la estabilidad de precios y proteger el poder adquisitivo del ciudadano
- Preservar la atractividad del país para la inversión productiva y el crecimiento de largo plazo.
Es innegable que la apreciación del Guaraní/US$, resultante de una política monetaria firme y disciplinada, representa un beneficio inmediato para la población.
Al mantener la inflación dentro de la meta del 4,0%, el BCP preserva el ancla de la confianza y el poder de compra. Esta decisión demuestra compromiso técnico y sensibilidad social, atributos que distinguen la actual gestión económica.
Por otro lado, el análisis de largo plazo exige ponderación: una apreciación cambiaria excesiva puede incrementar los costos relativos (en moneda extranjera) de empresas exportadoras e inversores internacionales, afectando márgenes y decisiones de entrada al país.
Ese es el equilibrio delicado del “doble mandato”: la misma política que protege al consumidor puede, si se prolonga más allá de lo necesario, reducir la competitividad externa.
La reacción coordinada del ministro del MEF Carlos Fernández Valdovinos y el presidente del BCP Carlos Carvallo, pocos días después de la publicación del IPoM, ilustró una postura de liderazgo madura.
Ambos reforzaron, en conferencia conjunta, las proyecciones optimistas de crecimiento del PIB para 2025 (5,3%), revisadas al alza respecto de la estimación anterior de 4,4%, además de destacar el dinamismo del empleo formal y el desarrollo de nuevos indicadores regionales del mercado laboral.
El mensaje fue claro: la política económica no solo está bajo control, sino que está construyendo los cimientos de una expansión sólida y sostenible.
El debate público, por tanto, cumplió su papel: a partir de una tensión técnica, emergió una comunicación institucional más transparente y un refuerzo de la confianza en el rumbo adoptado.
El aval global y la posición estratégica en América Latina
El reconocimiento internacional recibido por el presidente del BCP, Carlos Carvallo, quien en octubre fue distinguido por la revista Global Finance como “Mejor Banquero Central del Mundo 2025”, es más que un premio simbólico: representa un aval global a la calidad técnica y a la prudencia de la conducción monetaria paraguaya.
Ese prestigio, alcanzado en el marco de las reuniones anuales del FMI y del Banco Mundial, consolida la imagen del Paraguay como una economía de excelencia operacional y credibilidad regional.
El país demuestra que estabilidad y crecimiento no son conceptos antagónicos, sino variables compatibles cuando existe consistencia técnica y disciplina institucional.
El desafío, de ahora en adelante, será sostener ese equilibrio virtuoso.
Paraguay se ha consolidado como un destino preferencial en América Latina para empresas, nómadas digitales e inversiones productivas.
Para que esa atractividad perdure, el BCP y el MEF deberán continuar calibrando finamente sus decisiones, preservando la estabilidad cambiaria y el poder adquisitivo, sin perder de vista la liquidez y la competitividad empresarial.
El diálogo como pilar de credibilidad
Cuando el análisis técnico estimula respuestas consistentes, todos ganan:
- El mercado, que conquista previsibilidad
- La sociedad, que refuerza su confianza en la moneda
- El Estado, que fortalece su legitimidad
El episodio evidencia que el diálogo económico, cuando se conduce con seriedad, respeto y rigor analítico, no debilita las instituciones; por el contrario, las enriquece.
Paraguay, hoy, es un caso ejemplar de política económica responsable y comunicación eficiente.
Y es precisamente en ese entorno de transparencia y técnica donde reside su mayor activo institucional.
