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Trump y Xi alcanzan acuerdo sobre tierras raras y aranceles

En un sorpresivo giro diplomático, Donald Trump y Xi Jinping alcanzaron un acuerdo que reduce los aranceles y reabre el comercio de tierras raras. Pekín comprará más soja estadounidense y reforzará la lucha contra el fentanilo.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó de “increíble” su encuentro con su homólogo chino, Xi Jinping, durante la cumbre de la APEC celebrada en Busan, Corea del Sur. Fue el primer encuentro cara a cara entre ambos desde 2019, y marcó un nuevo capítulo en la relación bilateral.

Trump anunció que viajará a China en abril, mientras que Xi realizará una visita de retorno a Estados Unidos. “Es un tremendo líder de un país muy poderoso”, declaró el mandatario republicano a bordo del Air Force One.

El acuerdo: menos aranceles, más comercio

El pacto entre Washington y Pekín establece que Estados Unidos reducirá sus aranceles a los productos chinos del 57 % al 47 %, mientras que China suspenderá durante un año las restricciones a la exportación de tierras raras y materiales estratégicos.

Trump lo definió como un “gran éxito”, destacando además el compromiso chino de comprar “enormes cantidades” de soja y otros productos agrícolas estadounidenses, y de reforzar las acciones contra el tráfico de fentanilo, una de las principales preocupaciones de Washington.

“Se ha resuelto todo lo relacionado con las tierras raras, y eso es para el mundo”, aseguró el presidente norteamericano, subrayando la importancia de estos minerales críticos para la industria tecnológica y de defensa.

Impacto global y repercusiones regionales

El anuncio impulsó de inmediato a los mercados chinos, que reaccionaron al alza ante las expectativas de una distensión comercial.

Sin embargo, el acuerdo podría significar un duro golpe para los países latinoamericanos exportadores de soja, como Brasil y Argentina, que se habían beneficiado del vacío dejado por Estados Unidos durante la guerra comercial.

Una tregua estratégica

El consenso alcanzado en Busan marca una pausa en las tensiones económicas entre las dos mayores potencias del planeta. Tanto Trump como Xi coincidieron en la necesidad de “resolver los enfrentamientos comerciales lo antes posible” y avanzar hacia una cooperación más estable.

El pacto, que tendrá una duración inicial de un año y será prorrogable, abre una nueva etapa de negociación que podría redefinir las cadenas de suministro globales y la política comercial del siglo XXI.

 

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