Por Alejandro Kladniew, director de Paraguay Development.
A pesar de años de promesas y discursos sobre un aeropuerto moderno, el proyecto sigue sin despegar. Las ampliaciones del Silvio Pettirossi apenas disimulan la falta de decisiones estructurales que también afectan a otros servicios públicos del país.
Después de años de que distintos gobiernos de diferente perfil político “amenazaron” con licitar una nueva terminal aérea, incluido el actual, el tema en términos operativos, sigue sin avanzar nada. Es decir, si bien desde el discurso se insiste en que interesa construir un aeropuerto moderno y adecuado al presente y al futuro potencial del tránsito aéreo del país, en concreto nada hay. Todos los especialistas en la materia, e incluso el director de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), expresan que hacer una nueva terminal demandara no menos de 4 años.
Mientras tanto, avanzan las obras de ampliación de 2.144 m2 en el área de embarque del Pettirossi, con el objetivo de incrementar la capacidad operativa y brindar mayor comodidad a los pasajeros.
Esta nueva ampliación, es una de las tantas que se han realizado en los últimos años y que han demostrado, en el uso, que no resuelven el problema, sino que son paliativos a una situación que requiere de una toma de decisión casi urgente, que se sigue dilatando en el tiempo.
A esta altura sería razonable que alguien explique el retraso crónico del comienzo del proyecto del nuevo aeropuerto, siendo que este no demandara de parte del estado erogación alguna, salvo que Paraguay desee ‘inventar la pólvora” y decida seguir administración en forma estatal la terminal aérea, cosa que no sucede en ningún país de economía abierta de la región y el mundo.
Porque nos cabe preguntarnos, si en una obra que la gran mayoría cree que es imprescindible, es decir, donde no hay tensión política sobre el hecho de realizar la misma y hay adhesión de la opinión pública, y siendo que no hay necesidad de aporte de fondos del estado; ¿cuál es o cuáles son los impedimentos para avanzar con la misma?
El aeropuerto no representa una excepción, lamentablemente temas como el uso de los nuevos ministerios en el puerto de Asunción, el malogrado acueducto del Chaco, la falta de resolución de los problemas del transporte público, el fallido Metrobús o el déficit operativo de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), son un claro escenario que no se han encontrado aun respuestas eficientes y eficaces para resolver estos y otros significativos problemas de afectación directa a la población.
Posiblemente dos de las mayores asignaturas pendientes del país, están dadas por la calidad de sus servicios públicos y por su débil infraestructura. ¿Se tomarán decisiones para abordar estos dos temas con una mirada estratégica o se optara por seguir “emparchando”?
(*) Frase que se utiliza para justificar una situación o una opción que no es completamente satisfactoria, pero que se acepta porque es la única disponible o porque es mejor que la alternativa de no tener nada en absoluto.
