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América Latina frente al reto de crecer: los obstáculos y la oportunidad energética

MAPFRE Economics, expuso los nudos estructurales que impiden a América Latina despegar, el análisis revela riesgos, desafíos y una ventana estratégica en la transición energética que podría redefinir el futuro de la región.

En la foto: Ricardo González, director de análisis, estudios sectoriales y regulación de MAPFRE Economics.

En el marco de la presentación del Informe del Mercado Asegurador Latinoamericano 2024, Ricardo González, director de Análisis, Estudios Sectoriales y Regulación de MAPFRE Economics, ofreció una lectura clara y directa sobre los retos estructurales que aún frenan el avance de la región. Su análisis abarca desde el desempeño económico reciente hasta las oportunidades que abre la transición energética global, sin dejar de lado reflexiones sobre el futuro fiscal y la convergencia con las economías desarrolladas.

Un crecimiento moderado y desigual: la raíz del problema

González inicia reconociendo un hecho contundente: América Latina volvió a crecer solo un 2,4 % en 2024, prácticamente lo mismo que el año anterior. Un ritmo modesto para un grupo de economías que, por su condición de emergentes, deberían expandirse más rápidamente.

¿Por qué la región no despega? La respuesta, dice González, está en los problemas estructurales largamente diagnosticados, pero aún no resueltos.

El primero y más importante es la insuficiente inversión, especialmente aquella asociada a sectores de mayor valor agregado. La región sigue dependiendo fuertemente del sector primario, agricultura, ganadería, minería, sin lograr consolidar cadenas industriales más sofisticadas ni un sector servicios competitivo, en especial en áreas como la tecnología y las finanzas.

Este rezago está estrechamente ligado a otra barrera: la debilidad del ahorro interno, originada en una renta per cápita modesta, profundas desigualdades y una clase media insuficientemente desarrollada. “Es una pescadilla que se muerde la cola”, resume González.

La informalidad, que en algunos países supera la mitad del mercado laboral, agrava esta trampa al limitar la creación de empleo formal y, con ello, el acceso al crédito y a servicios financieros a costos razonables. “La región necesita ese círculo virtuoso de inversión, productividad y formalización, pero aún no logra activarlo plenamente”, sostiene.

Inflación a la baja, pero con riesgos latentes

El informe también destaca un descenso generalizado de la inflación en 2024, lo que permitió iniciar una flexibilización monetaria en varios países. Sin embargo, González advierte que los bancos centrales aún se mueven con cautela.

El caso de Brasil es ilustrativo: tras reducir sus tasas de interés, un repunte inflacionario a mitad de año obligó a revertir rápidamente el ciclo de bajas.

Aunque el riesgo de un rebrote inflacionario para 2025 es moderado, existe una fuente de vulnerabilidad clara: la volatilidad global y posible impacto en los tipos de cambio. Las devaluaciones abruptas, frecuentes en la región, suelen trasladarse casi de inmediato a los precios internos. No obstante, en un escenario central, González cree que la flexibilización monetaria continuará, aunque a un ritmo prudente.

Endeudamiento público: márgenes fiscales cada vez más estrechos

Ante la consulta sobre la sostenibilidad de la deuda y los marcos fiscales vigentes, González es directo: los países latinoamericanos tienen un margen fiscal limitado, y ese condicionamiento les impide aplicar políticas expansivas cuando sería necesario.

Paraguay constituye un caso particular. Cuenta con un marco fiscal establecido y esfuerzos por cumplirlo, pero, según explica, su velocidad de implementación aún no es suficiente para reducir las vulnerabilidades. “Los altos costos de intereses atan de manos a los gobiernos”, señala, subrayando que el desafío no es solo tener reglas fiscales, sino aplicarlas con rigor y continuidad.

Productividad, inversión y un mejor clima de negocios

El informe enfatiza también la necesidad de impulsar la productividad y atraer inversión extranjera. En este punto, González aboga por políticas públicas que promuevan la transformación productiva, con énfasis en sectores con mayor valor agregado tanto en bienes como en servicios.

Para ello se requieren:

  • Marcos regulatorios estables que den seguridad jurídica a inversionistas.
  • Infraestructura moderna que conecte a los productores con los mercados globales.
  • Más eficiencia en las cadenas productivas, lo que permitiría elevar salarios y reducir brechas sociales.

“La inversión extranjera directa es fundamental, pero necesita certidumbre, reglas claras y visión de largo plazo”, afirma.

La transición energética: una oportunidad estratégica para la región

Aunque la energía nuclear aparece como una tendencia en algunos países, González considera que no es necesariamente la ruta más eficiente para América Latina debido a sus elevados costos, largos plazos de construcción y riesgos políticos.

En cambio, destaca que la región tiene una ventaja comparativa natural: energía hidroeléctrica y solar, respaldadas por condiciones geográficas excepcionales.

A esto se suma un elemento clave para el futuro: América Latina posee una de las mayores reservas mundiales de minerales críticos, como litio y cobre, esenciales para la transición energética global. Aprovechar esta riqueza no solo implica extraerla, sino también avanzar hacia su procesamiento local, área actualmente dominada por China. Esto, señala, podría convertirse en una ventana de oportunidad sin precedentes.

Mirando hacia 2026: una convergencia lenta y desafiante

El informe proyecta una recuperación económica lenta hacia 2026 y, con ello, una convergencia aún distante con las economías desarrolladas. González apunta que la región avanza a un ritmo menor que el registrado por Asia en décadas pasadas. Reducir esa brecha requerirá atacar con urgencia los factores estructurales que frenan el crecimiento, además de mejorar la integración intrarregional, hoy debilitada por tensiones políticas y falta de coordinación.

“América Latina no está realmente integrada”, afirma. “Y mientras sigamos sin aprovecharnos unos a otros, no podremos construir proyectos de infraestructura regional que potencien nuestro desarrollo colectivo”.

Perfil – Ricardo González

Economista de formación, inició su carrera en el sector público español, trabajando en la Agencia Tributaria y posteriormente como inspector de seguros del Estado durante quince años.

Su experiencia lo llevó luego a Bruselas, donde se desempeñó como experto nacional en la Unidad de Seguros y Pensiones de la Comisión Europea, trabajando en temas de regulación y solvencia.

Fue entonces cuando MAPFRE lo convocó para integrarse al Servicio de Estudios de la compañía, donde actualmente lidera el área de Análisis, Estudios Sectoriales y Regulación.

 

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