La salud es una inversión necesaria para mantener al país en los altos estándares que se estiman para el futuro.
Los desafíos para el Estado son encontrar las herramientas para un crear un sistema de mayor capilaridad y descentralizado al servicio de todos los paraguayos.
En la foto: Rolf Hoenger, head de la región LATAM para Roche Pharmaceuticals.
Con más de 30 años de trayectoria y un trabajo que lo ha llevado a cruzar océanos para liderar proyectos de gran envergadura, Hoenger es una voz autorizada para hablar de la situación actual de los sistemas sanitarios en Latinoamérica. Desde su cargo, coordina las operaciones en más de 32 países, incluyendo Paraguay, del cual destacó sus auspiciosos avances, pero reconociendo sus falencias y asignaturas pendientes.
El más importante: un país en franco ascenso en el panorama mundial con una inversión insuficiente en salud. Hoenger, quien visitó el país en el marco del 85° aniversario de la alianza entre Roche y Boller, afirmó que en muchos países es común ver a la salud como “un gasto” para el Estado, cuando en realidad es clave para garantizar la productividad, que es lo que define el potencial de crecimiento que una economía puede tener.
PLUS: Paraguay invierte menos del 6% de su PIB en salud, el porcentaje recomendado internacionalmente, ¿qué impactos ya tiene y podría tener esto a largo plazo?
Rolf Hoenger: Debemos entender por qué siempre decimos que la salud debería considerarse una inversión y no un gasto. Muchas veces se piensa que la inversión en salud no es tan productiva, y eso es absolutamente falso.
Lo que vimos es que la productividad de un país depende de tener una población productiva. América Latina quiere crecer, Paraguay crece bastante, pero para crecer se necesita una población sana. Ese es el problema.
Paraguay todavía tiene una población muy joven: más o menos 8% tiene más de 60 años, quienes son los que suelen tener más enfermedades. Pero hoy vemos personas enfermas desde los 30 y 40 años: cáncer de mama u otras patologías empiezan en esas edades.
Eso define la brecha entre el potencial de una economía y lo que realmente puede lograr si no se trata bien en materia de salud. Esa es la razón por la que decimos que salud es una inversión y no un gasto.
PLUS: Para graficar mejor la situación, ¿podría dar un ejemplo?
Rolf Hoenger: Hagamos un ejemplo con el cáncer de mama. Si existe una política para detectar el cáncer de mama tempranamente y tratarlo tempranamente, se puede hablar activamente de cura. Muchos pacientes nunca tendrán recaídas y les salvamos la vida.
En América Latina, estas son mujeres de 30, 40 o 50 años, muchas cuidando niños. En los estratos más bajos, muchas veces estas pacientes son abandonadas por sus esposos y deben cuidar solas a sus hijos. Si no se trata en fases tempranas, probablemente no hay posibilidad de cura.
El tratamiento va a costar entre dos y cuatro veces más que si se lo hace temprano. Y además, llega un punto en el que ya no se puede hacer nada y la persona muere. Se prolonga la vida, pero no se cura. Entonces quedan huérfanos, hay impacto social y económico. El costo es altísimo.
PLUS: ¿Podemos hablar de un aspecto cultural, de falta de prevención, o es una falencia del Estado?
Rolf Hoenger: Aprendí algo de un ministro de salud que estuvo muchos años en otro país. Me dijo: “Nuestros sistemas de salud fueron construidos para las necesidades que existían en ese momento: maternidad, infancia, enfermedades infecciosas y transmisibles”. América Latina superó esas necesidades. La mortalidad materna e infantil bajó muchísimo. Ese problema, en gran parte, se resolvió.
Hoy las personas viven más tiempo. Entonces la necesidad del sistema cambió. La carga de enfermedad se mueve hacia las personas de 30, 40 y 50 años. Ahí entran enfermedades cardiovasculares, obesidad, cáncer y enfermedades neurológicas, todas en crecimiento.
El desafío es adaptar el sistema de salud para atender estas enfermedades, en lugar de seguir centrado exclusivamente en las patologías del pasado. Y ese es el cambio cultural que necesitamos: entender que tratar temprano significa mejores resultados.
PLUS: Existe un dato que habla de un retorno económico de entre 2 a 4 dólares por cada dólar invertido en salud. ¿Cómo se explica?
Rolf Hoenger: Hay datos incluso de terapias que pueden generar hasta 7 dólares por cada dólar invertido. Todo depende, pero la lógica es la misma: al invertir en salud se genera productividad. Una persona sana produce; una persona enferma no produce.
En Paraguay, el gasto de bolsillo es alto. Eso significa que una persona corre un altísimo riesgo de caer en la pobreza cuando enfrenta una enfermedad. ¿Y qué implica eso? Malnutrición, condiciones de vida menos saludables y un círculo que reduce la productividad. Todo eso se incluye en el cálculo económico.
PLUS: Paraguay tiene una población joven, pero eso cambiará. ¿Qué impacto tendrán enfermedades como la obesidad y cardiovasculares en 10 años?
Rolf Hoenger: Los datos de América Latina muestran que en los próximos 30 años la población mayor de 60 años se duplicará. En ese grupo predominan las enfermedades crónicas.
Además, ya hoy las estadísticas muestran que desde los 30 y 40 años hay muchos problemas cardiovasculares, cáncer y otras patologías. Esa es la bomba de tiempo. Si no adaptamos los sistemas de salud, habrá un impacto muy fuerte en la economía.
PLUS: Si ese escenario llegara hoy, ¿cómo está Paraguay?
Rolf Hoenger: Paraguay invierte menos del 6% recomendado por la OPS. Entonces el sistema no está completamente preparado para esos cambios. Ha mejorado mucho, lo vemos en nuestras actividades, y en el Ministerio de Salud Pública hay avances.
No obstante, sigue habiendo una brecha en la atención y también hay que pensar en cómo llegar a las diferentes regiones para que los pacientes no tengan que viajar a la capital por cualquier cosa.
PLUS: La descentralización es un desafío constante. ¿Qué es lo más urgente en este aspecto?
Rolf Hoenger: Hay que decidir qué puede descentralizarse. Pensemos en un paciente que, si necesita atención médica, probablemente perderá un día de trabajo viajando. Llegará a la capital, hará fila y quizá ni siquiera resuelva su situación, volverá otro día. Y Quizá era algo que pudo resolver en su ciudad o cerca. Esa pérdida económica se debe a la falta de descentralización.
PLUS: ¿Qué tratamientos concretos pueden descentralizarse?
Rolf Hoenger: Hoy tenemos tratamientos en oncología, esclerosis múltiple y otras áreas que pueden administrarse de manera subcutánea. Eso significa que no se necesita una sala grande de infusión; incluso, dependiendo de la regulación, se puede aplicar en el hogar. Eso ahorra mucho tiempo y recursos. En oncología ya vemos cierto grado de descentralización con nuevas clínicas y hospitales, pero en otras áreas terapéuticas aún faltan avances.
PLUS: Roche y Boller llevan 85 años trabajando en Paraguay. ¿Cuáles han sido los hitos y desafíos?
Rolf Hoenger: 85 años de colaboración es algo muy raro. En los últimos siete años que he acompañado, he visto un espíritu de colaboración muy fuerte: el know-how local y el internacional se complementan para lograr los mejores resultados. Ese es el éxito de esta alianza.
PLUS: ¿Qué más podemos decir sobre Roche y su compromiso con el país?
Rolf Hoenger: Colaboramos permanentemente con las instituciones. Queremos fortalecer los sistemas de salud. No solo buscamos que nuestros medicamentos estén disponibles, sino apoyar al sistema, discutir temas y ayudar a que el país esté mejor preparado para el futuro.
PLUS: Para cerrar, ¿cuáles serían dos o tres cambios estructurales necesarios para mejorar el sistema de salud?
Rolf Hoenger: Un sistema sostenible necesita un financiamiento adecuado. Ese es un punto. Otro, es asegurar capilaridad en las distintas regiones, para evitar que los pacientes tengan que trasladarse tanto. Y finalmente, garantizar que los especialistas puedan formarse y educarse continuamente, para brindar mejor atención.
Hoy Paraguay tiene aproximadamente 70 oncólogos para más de seis millones de habitantes; todavía hay muchas necesidades.
Perfil – Rolf Hoenger
Rolf Hoenger es licenciado en Economía por la Universidad de St. Gallen (Suiza) y cuenta con un magíster en salud pública global de la Universidad Queen Mary (Inglaterra).
Con más de 30 años de trayectoria internacional, ha vivido y liderado operaciones en diversas geografías, incluyendo Asia Central, el Cáucaso, Centroamérica, Perú, Colombia, Ecuador y Brasil.
Actualmente, como Head de la región LATAM para Roche Pharmaceuticals, Rolf lidera la dirección estratégica, la planificación de negocios y la supervisión del P&L en 32 países. Su misión central es asegurar un acceso equitativo a atención médica de calidad y mejorar la vida de los pacientes mediante la introducción de tratamientos avanzados e innovadores.

