El presidente de la Feprinco, Enrique Duarte, llamó a transformar la estabilidad macroeconómica en desarrollo real.
La inversión, la seguridad jurídica y un Estado eficiente aparecen como claves para sostener el crecimiento.
En la foto: Enrique Duarte, presidente de la Feprinco.
Al cierre del año, el Paraguay exhibe estabilidad macroeconómica, crecimiento sostenido y reconocimiento internacional. Para Enrique Duarte, presidente de la Federación de la Producción, la Industria y el Comercio (Feprinco), este desempeño es resultado del aporte del sector productivo, que sigue generando empleo formal, ampliando mercados e incorporando inversión, aun en escenarios complejos.
No obstante, Duarte advirtió que el crecimiento por sí solo no garantiza desarrollo. El desafío es convertir esos números en mayor productividad, empleo de calidad y mejores servicios públicos. En ese camino, la institucionalidad, la previsibilidad y la confianza son condiciones indispensables para atraer inversión, especialmente inversión extranjera directa.
Desde la Feprinco, el mensaje es claro: sin reglas claras, seguridad jurídica y un Estado moderno, la competitividad se debilita. Problemas estructurales como la burocracia, la informalidad, la falta de pago oportuno del Estado y la presión sobre las cuentas públicas afectan directamente a las empresas y desalientan nuevos proyectos de inversión.
Duarte remarcó que el país cuenta con ventajas únicas, estabilidad, recursos y ubicación estratégica, pero su aprovechamiento dependerá de decisiones firmes, reformas impostergables y la capacidad de trabajar en conjunto. El llamado final es a la unidad, para construir un Paraguay con crecimiento sostenido, inversión y calidad de vida.
