¿Es seguro el entorno digital en Paraguay? Conocé los riesgos, la responsabilidad del Estado, los bancos y lo que podés hacer para proteger tus datos.
El avance digital en Paraguay ha sido acelerado, pero desparejo. Cada vez más trámites, servicios y transacciones se realizan por medios electrónicos. La tecnología, bien implementada, promete eficiencia, inclusión y desarrollo. Pero también abre puertas a riesgos que el país aún no está preparado para enfrentar plenamente: los ciberataques.
La prevención de datos ante amenazas digitales no es un lujo técnico. Es una política pública esencial. Es también un derecho de los ciudadanos. ¿Estamos, como país, preparados para proteger nuestros datos, nuestros sistemas, nuestras instituciones? ¿O simplemente esperamos que el próximo ataque no nos golpee demasiado fuerte?
Este artículo busca responder esas preguntas desde una mirada amplia y realista, señalando los riesgos, analizando la responsabilidad estatal, bancaria y ciudadana, y proponiendo medidas concretas para avanzar hacia un entorno digital más seguro.
La amenaza no es futura: es actual
En mayo de 2025, Paraguay fue víctima de un ataque masivo que afectó a más de 20 instituciones públicas. Fueron filtrados datos personales, administrativos, judiciales y financieros. No fue un hecho aislado, sino el reflejo de una fragilidad sistémica.
Un informe de la Contraloría General reveló que más del 50% de los organismos estatales están en alto riesgo de sufrir incidentes informáticos. En la práctica, eso significa que millones de datos de paraguayos pueden ser robados, alterados o destruidos en cualquier momento, sin que haya sistemas adecuados para evitarlo o responder con rapidez.
Y esta vulnerabilidad no es exclusiva del sector público.
Los riesgos concretos que enfrentamos
La digitalización genera eficiencia, pero también una nueva superficie de exposición. Los riesgos más relevantes que afectan hoy a Paraguay incluyen:
- Fugas masivas de información
Datos personales alojados en bases estatales, bancarias, médicas o educativas, expuestos por sistemas inseguros o brechas no detectadas.
- Ransomware
Software malicioso que secuestra sistemas y exige rescates en criptomonedas para restaurar el acceso. Puede paralizar municipios, hospitales o empresas.
- Manipulación de datos
Alteración intencionada de bases de datos: historiales médicos, registros fiscales, antecedentes judiciales, padrones electorales.
- Ataques a infraestructuras críticas
Energía, agua, transporte, telecomunicaciones: cualquier interrupción en estos servicios puede provocar caos en cuestión de horas.
- Daño a la confianza pública
La pérdida de credibilidad en las instituciones digitales —cuando los ciudadanos sienten que no pueden confiar en el uso y resguardo de su información— frena la transformación digital y profundiza la exclusión.
Medidas estructurales: la responsabilidad del Estado
Ningún país puede enfrentar las amenazas cibernéticas sin un Estado fuerte, coordinado y con visión de largo plazo. Paraguay necesita pasar de la improvisación a la planificación estratégica. El gobierno debe asumir que la seguridad digital es tan importante como la física, y actuar en consecuencia.
Estas son las medidas clave que el Estado debe tomar de forma urgente:
- Aprobar leyes actualizadas y operativas
Una Ley General de Ciberseguridad, que establezca principios, competencias, regulaciones, sanciones y protocolos obligatorios para todas las instituciones.
Una Ley de Protección de Datos Personales implementada con una autoridad reguladora efectiva, independiente y con capacidad sancionadora.
Normativas sectoriales (banca, salud, telecomunicaciones) que exijan estándares mínimos de ciberseguridad.
Protocolos de reporte obligatorio de incidentes y notificación a las personas afectadas.
- Financiar la infraestructura de ciberdefensa
Inversión en centros de operaciones de ciberseguridad (SOC) estatales.
Equipos técnicos especializados en cada ministerio o ente público.
Modernización de software, redes y almacenamiento seguro.
Auditorías periódicas y actualizaciones constantes.
- Crear un organismo rector con capacidad real
El país necesita una Agencia Nacional de Ciberseguridad, con funciones claras:
- Supervisar y coordinar la defensa digital nacional
- Emitir alertas, recomendaciones y lineamientos técnicos
- Coordinar con otras agencias nacionales e internacionales
- Capacitar a instituciones públicas y coordinar simulacro
- Proteger infraestructuras críticas
Los servicios esenciales deben ser tratados como prioridad de seguridad nacional:
- Energía eléctrica
- Telecomunicaciones
- Agua potable
- Transporte
- Salud
- Finanzas públicas
Cada uno debe contar con planes de contingencia, backups, pruebas de estrés y equipos técnicos entrenados.
- Fomentar la cultura de seguridad desde la educación
Incluir contenidos sobre privacidad digital, contraseñas, redes y prevención en las escuelas.
- Capacitación continua para funcionarios públicos
- Promoción de carreras técnicas en ciberseguridad
- Campañas públicas accesibles y en lenguaje claro
La banca también debe rendir cuentas
La ciberseguridad no es solo una cuestión pública. Los bancos y entidades financieras tienen una obligación directa y crítica en proteger la información y el dinero de sus clientes. Su rol va más allá de la rentabilidad: custodiar datos, prevenir fraudes y garantizar la continuidad de los servicios.
Hoy, muchas entidades bancarias paraguayas utilizan tecnologías heredadas, no comunican adecuadamente los riesgos a sus clientes y en algunos casos ocultan incidentes para evitar impacto reputacional. Esta práctica no solo es irresponsable: puede ser peligrosa.
Los bancos deben:
- Garantizar sistemas con cifrado fuerte, auditorías permanentes y monitoreo 24/7
- Implementar y exigir doble autenticación en todas las operaciones digitales
- Notificar inmediatamente a los usuarios ante cualquier acceso sospechoso
- Responder financieramente ante fallos de seguridad atribuibles a negligencia
- Promover una educación financiera-digital activa, que forme a los clientes en el uso seguro de servicios electrónicos
La estabilidad del sistema financiero está íntimamente ligada a la confianza en sus plataformas digitales. Sin seguridad, no hay confianza. Y sin confianza, no hay dinero que se sostenga.
¿Qué pueden hacer los ciudadanos?
Mientras el Estado y los bancos asumen sus deberes, cada persona puede hacer mucho para proteger sus datos. La mayoría de los ataques exitosos tienen un punto débil en común: el factor humano.
Aquí algunas acciones concretas que cada ciudadano debería adoptar:
- Crear contraseñas robustas
Nada de fechas de nacimiento o nombres simples. Usar combinaciones únicas, con letras, números y símbolos. Cambiarlas regularmente.
- Usar autenticación de dos pasos
Activar la verificación en dos pasos en todas las cuentas posibles. Agrega una capa extra de seguridad ante accesos indebidos.
- Actualizar sistemas y apps
Tener siempre el sistema operativo, navegador, antivirus y aplicaciones al día. Las actualizaciones corrigen vulnerabilidades.
- No caer en engaños
Nunca hacer clic en enlaces dudosos, ni abrir archivos de remitentes sospechosos. Revisar siempre direcciones de correo y páginas web.
- Evitar redes Wi-Fi públicas para operaciones sensibles
Si es necesario, usar VPN o esperar a estar en una red segura.
- Hacer backups regulares
Guardar una copia de seguridad de documentos importantes. Puede salvar información ante un ataque o robo.
- Denunciar incidentes
Si fuiste víctima de phishing, fraude o vulneración de datos, hacelo saber. La denuncia contribuye a mejorar las respuestas.
Ciberseguridad: cuestión de soberanía, derechos y equidad
La defensa digital de un país no es solo una cuestión tecnológica. Es también una cuestión de soberanía nacional: quien no protege sus datos, cede poder. Es una cuestión de derechos humanos: quien no protege la privacidad, expone a su ciudadanía. Y es también una cuestión de justicia social: quienes menos saben sobre tecnología, son los más vulnerables.
Por eso, pensar la ciberseguridad desde una lógica integral es urgente. No podemos seguir improvisando, actuando solo después del daño. Paraguay necesita políticas, leyes, instituciones y cultura digital preventiva.
Un país verdaderamente desarrollado no es el que digitaliza más rápido, sino el que lo hace de forma segura, inclusiva y responsable.
Conclusión
Hoy, Paraguay no está seguro frente a las amenazas cibernéticas. Pero puede estarlo. Tenemos el talento, los recursos técnicos y las alianzas necesarias. Lo que falta es voluntad política, articulación entre sectores y decisión colectiva.
El Estado debe asumir su rol con firmeza. La banca debe priorizar la seguridad de sus usuarios. Y la ciudadanía debe informarse, protegerse y exigir garantías.
Porque no se trata solo de sistemas, sino de personas. De proteger lo más valioso que tenemos en el mundo digital: nuestra identidad, nuestra información y nuestra confianza.
Alexandre Perini
🇵🇾🇧🇷 Economía Global | Finanzas & Tecnologia | Educación Financiera | Inteligencia Artificial | Libertad para Informar, sin Intereses que Condicionen
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