He estado leyendo sobre la llegada del 5G a Paraguay y no puedo dejar de pensar en cómo nos benefició en Chile.
Paraguay se encuentra en un momento clave para definir su posición en la economía digital de la región. La licitación de espectro en la banda de 3.500 MHz, lanzada recientemente por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), marca el primer paso hacia la implementación de la red 5G en el país.
Según el cronograma oficial, el despliegue inicial podría comenzar en el primer trimestre de 2026, con cobertura prioritaria en el Área Metropolitana de Asunción y, potencialmente, en polos de alta actividad como Ciudad del Este
Este salto tecnológico permitirá velocidades de conexión hasta diez veces superiores a las actuales latencias de apenas milisegundos y la capacidad de conectar millones de dispositivos de manera simultánea. La relevancia para el sector privado es evidente: el 5G no solo mejora la experiencia del usuario, sino que habilita nuevas aplicaciones en agroindustria, salud, logística, manufactura y educación, potenciando la automatización, el análisis de datos en tiempo real y los servicios digitales avanzados.
Lecciones comparadas: Chile y Suecia. La experiencia de Chile muestra cómo el 5G puede transformar sectores estratégicos. En Suecia, la adopción temprana se integró a manufactura avanzada, salud digital y ciudades inteligentes, con énfasis en pilotos, ciberseguridad e interoperabilidad. Paraguay puede adaptar estas prácticas para acelerar productividad y calidad de servicios.
Sin embargo, el proceso no está exento de desafíos. En la licitación participaron únicamente dos empresas —Claro y Nubicom—, mientras que otros operadores de gran alcance se abstuvieron. Distintos análisis han señalado que ciertas condiciones del pliego podrían restringir el acceso a proveedores tecnológicos específicos, lo que tensiona la competencia y el costo de despliegue.
Para las empresas paraguayas, especialmente las mipymes, la llegada del 5G debe ser entendida como una ventana estratégica de transformación. Prepararse para su adopción implica:
- Revisar procesos internos para identificar áreas donde la conectividad avanzada pueda aportar valor.
- Invertir en capacidades digitales que permitan aprovechar nuevas herramientas y modelos de negocio.
- Explorar alianzas con proveedores y startups tecnológicas que ya estén desarrollando soluciones sobre esta red.
El 5G no es solo un cambio de velocidad: es una infraestructura habilitadora para la próxima generación de negocios. Quienes logren anticiparse y adaptarse a este nuevo entorno tendrán una ventaja competitiva decisiva.
En este contexto, el reto para Paraguay no es únicamente implementar la red, sino garantizar que el ecosistema empresarial esté listo para capitalizarla desde el primer día.
Mario Contreras
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