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Convenios para evitar la doble imposición, la pieza que falta fortalecer en el tablero legal de Paraguay

Crédito columna: Daniel Fariña, socio de impuestos y legales de Deloitte Paraguay.

Hace algunos días, el Ejecutivo presentó al Legislativo un paquete de leyes que buscan hacer a Paraguay más competitivo, atractivo y moderno. Se tratan de incentivos, simplificación y de digitalización. Se habla de atraer la inversión extranjera. Y eso está bien, es necesario.

Pero hay una pieza que falta fortalecer en ese tablero de leyes entramadas que hacen al marco regulatorio de negocios del país, una que no se menciona tanto ni aparece en los titulares, pero que puede marcar la diferencia entre una reforma que transforma y una que sólo promete.

Esa pieza son los convenios para evitar la doble imposición. Y no, no es un tema técnico más, es un tema estratégico, es un tema de visión país. Porque en el mundo actual, donde las inversiones cruzan fronteras, donde las empresas operan en múltiples jurisdicciones, los capitales buscan eficiencia y seguridad; y no tener una red sólida de convenios termina debilitando el resto de las piezas del tablero.

Paraguay ha hecho avances importantes en la materia, pero aún tiene unos pocos convenios vigentes, lo que no alcanza, al menos no para el tipo de economía que queremos construir y definitivamente no para el tipo de inversión que queremos atraer y para el tipo de competitividad que queremos ofrecer como país.

Porque cuando una empresa extranjera mira a Paraguay, no solo mira los incentivos y regímenes legales beneficiosos, estudia todo el marco legal, mira la estabilidad, sopesa la carga tributaria, y sobre todo, mira si va a pagar impuestos dos veces por la misma renta.

Y ahí es donde los convenios pueden hacer la diferencia, pues el desarrollo de una buena red de convenios para evitar la doble imposición no sólo evita que una renta sea gravada dos veces, aportan seguridad jurídica, previsibilidad, establece reglas claras y define criterios, y sobre todo, transforma la expectativa en confianza; confianza para invertir, para establecer operaciones y crecer.

Y eso, en el contexto de las reformas y modificaciones legales que propone el Ejecutivo, es fundamental. Porque podemos tener leyes modernas y ofrecer incentivos fiscales atractivos, pero si no tenemos una red de convenios que respalde todo eso, el efecto será limitado.

Los países que compiten con Paraguay por inversión extranjera (ejemplo: Uruguay, Costa Rica, República Dominicana, incluso algunos africanos emergentes) ya entendieron esto. Están firmando convenios. Están negociando tratados y construyendo redes. Están ofreciendo a los inversores un marco tributario internacional que da garantías.

Paraguay no puede quedarse atrás. Y no se trata de firmar por firmar, se trata de negociar bien, de establecer que fortalezcan los incentivos fiscales sin desatender los términos que protejan los intereses del país, que eviten la evasión y promuevan la transparencia, respetando la soberanía fiscal.

Pero también que faciliten la inversión, que eliminen barreras y sobre todo, conecten a Paraguay con el mundo, porque el mundo está mirando y Paraguay tiene mucho que ofrecer, tiene estabilidad macroeconómica envidiada por algunos de nuestros vecinos; tiene talento humano; ubicación estratégica; energía limpia y otros atractivos innegables, pero necesita completar el paquete, necesita mostrar que está listo para jugar en las grandes ligas.

Como contador, lo veo todos los días. Empresas que preguntan si hay convenio con tal o cual país. Inversionistas que dudan por la carga tributaria duplicada y operaciones que se complican por falta de coordinación. Y todo eso se podría evitar, con voluntad, estrategia y visión. Celebremos las reformas y acompañamos el debate sobre ellas, pero no olvidemos esa pieza que falta, busquemos concretar la red de convenios del país para estas reformas concreten lo que se busca.

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