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Un piso de confianza para dar el salto: cómo convertir la estabilidad de Paraguay en productividad empresarial

Por Mario Contreras, Club Networking.

Sigo muy de cerca el acontecer paraguayo y me gustaría relatar algunos hechos que considero importantes; varios ya los he mencionado, pero vale la pena seguir su evolución.

El país atraviesa un momento propicio para transformar estabilidad en desarrollo. La ratificación del grado de inversión por parte de una agencia internacional de referencia consolida un piso de credibilidad que el país ganó en los últimos años. Al mismo tiempo, la actividad económica muestra un crecimiento acumulado robusto en el primer semestre, y el despliegue de infraestructura 5G entra en su tramo decisivo con miras a iniciar operaciones en el primer trimestre de 2026.

En paralelo, el mercado corporativo inmobiliario eleva el estándar con nuevos proyectos de oficinas de clase mundial reconocidos por premios internacionales.

La cuestión de fondo no es solo celebrar señales positivas, sino transformarlas en productividad: más empleo formal, más inversión de calidad y mejores márgenes para las empresas que apuestan por la eficiencia, la digitalización y el talento.

La señal que abarata el costo del capital

La confirmación del grado de inversión (Baa3, perspectiva estable), comunicada esta semana, envía un mensaje nítido a los mercados: Paraguay mantiene fundamentos fiscales y macroeconómicos que justifican financiamiento a tasas más convenientes y plazos más largos. Esto no crea fábricas por sí solo, pero mejora el costo de oportunidad para proyectos privados y asociaciones público-privadas (APP), impulsa emisiones corporativas y respalda decisiones de inversión productiva.

El Ministerio de Economía y Finanzas ha subrayado la disciplina fiscal: superávits mensuales en algunos tramos del año y un déficit global controlado. Con esa base, las empresas encuentran un entorno menos volátil para planificar inversión de capital (CAPEX), ampliar capacidad o profesionalizar su estructura financiera.

Viento a favor en la actividad

Los datos de actividad muestran un primer semestre con expansión superior al 5% (variación acumulada), apoyada en servicios, manufacturas, energía eléctrica y ganadería, con rezagos puntuales en agricultura y construcción. Proyecciones de bancos y analistas ubican el PIB 2025 por encima del 4%, cifra que supera el crecimiento potencial estimado para la economía.

Para la dirigencia empresaria, el mensaje es doble: hay tracción de demanda para capturar nuevas ventas y hay espacio para eficiencias en costos gracias a la estabilidad cambiaria y financiera. Quien logre convertir esta ventana macro en productividad operativa —mediante digitalización, logística y capital humano— tendrá una ventaja medible en márgenes y participación de mercado.

5G: de la antena al caso de uso

El regulador de telecomunicaciones prevé el inicio operativo de 5G en el primer trimestre de 2026, luego de la licitación de frecuencias en la banda de 3,5 GHz. Dos oferentes siguen en evaluación mientras se completan los hitos técnicos y administrativos.

La clave para el sector privado es comprender que 5G no es solo velocidad: habilita latencias de milisegundos, alta densidad de dispositivos y redes privadas que convierten automatización, sensorización y trazabilidad en palancas de valor.

  • Agro y alimentos: monitoreo de suelos y cultivos, riego inteligente, drones para conteo y sanidad animal.
  • Logística y retail: gestión en tiempo real de flotas, inventarios y última milla; reducción de quiebres de stock.
  • Salud y educación: telemedicina de alta definición, simulación y laboratorios remotos.
  • Industria liviana: mantenimiento predictivo, control de calidad en línea y seguridad operacional.

El retorno social de 5G dependerá de pilotos sectoriales con métricas (ahorro de costos, reducción de mermas, mejora de tiempos), más que del número de antenas instaladas.

Real estate corporativo que eleva la vara

El ecosistema empresarial necesita infraestructura física de alto estándar. En Asunción, una nueva torre de oficinas de clase A fue distinguida en los International Property Awards 2025 como el mejor desarrollo de oficinas de América. Este tipo de proyectos eleva la eficiencia energética, la conectividad, la seguridad y el bienestar de los usuarios, y crea un hábitat competitivo para atraer servicios globales, fintech, centros regionales y empresas tecnológicas.

Para desarrolladores y fondos, el contexto de grado de inversión abarata el financiamiento y permite calzar plazos; para inquilinos, reduce el costo total de ocupación si el edificio entrega ahorros de energía, conectividad de alta disponibilidad y facilidades para atraer talento.

Movimientos concretos para “aterrizar” la estabilidad

  • Logística y corredores de exportación: Priorizar proyectos que conecten producción con puertos y mercados, incluyendo nodos urbanos para e-commerce y distribución capilar: El momento financiero favorece estructurar asociaciones público-privadas (APP) y crédito multilateral con reglas previsibles.
  • Digitalización obligatoria con paquetes “llave en mano”: El avance de la factura electrónica obliga a formalizar flujos y sistemas. Banca, adquirentes y fintech tienen la oportunidad de empaquetar ERP liviano + e-factura + medios de pago + analítica para mipymes a costos accesibles.
  • 5G orientado a productividad, no a marketing: Formular programas de adopción por sector (agro, logística, salud) con incentivos a pilotos, monitoreo público de resultados y catálogos de proveedores certificados.
  • Talento y formación dual: Asociar empresas con institutos para acelerar perfiles técnicos (mecatrónica, datos, redes) que cierren brechas de operación en plantas, laboratorios y centros de servicios.
  • Seguridad jurídica e incentivos a la inversión: Cuidar la previsibilidad regulatoria de regímenes como 60/90 y Maquila. Cualquier revisión debe ser técnica y dialogada; la señal que protege el grado de inversión es estabilidad de reglas.

¿Dónde están las oportunidades inmediatas?

  • Forestal y biomateriales: Con capital paciente y logística adecuada, el complejo puede multiplicar exportaciones y encadenamientos (tableros, celulosa, energía renovable), generando empleo formal en el interior.
  • Servicios globales: Oficinas clase A + conectividad + talento técnico crean condiciones para BPO, fintech y desarrollo de software orientado a la región.
  • Vivienda y ciudad compacta: La demanda de proyectos residenciales bien conectados —cercanos a empleo y servicios— abre espacio a desarrollos mixtos que mejoren movilidad urbana y calidad de vida.
  • Agro inteligente: Proveedores locales de hardware y software pueden escalar soluciones de agricultura de precisión para soja, carne y horticultura, con financiamiento de temporada y servicio posventa.

Paraguay dispone hoy de un piso de confianza que pocos países de la región pueden mostrar: calificación vigente de grado de inversión, actividad en expansión y una agenda de modernización que abre espacio a inversiones de calidad. El desafío es convertir esas condiciones en productividad medible: menos tiempos muertos, menos mermas, más ventas por canal y más valor por empleado.

Si el país alinea infraestructura logística, digitalización bien implementada, desarrollos corporativos eficientes y reglas previsibles, la estabilidad dejará de ser un dato técnico para transformarse en una experiencia cotidiana: financiamiento más accesible, proyectos con plazos más largos y empresas que compiten por eficiencia e innovación. El resultado deseable es claro: crecimiento que se sienta en los hogares y una economía que apuesta por el conocimiento como motor de largo plazo.

Mario Contreras
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Club Networking
Análisis estratégico y desarrollo de negocios sostenibles.

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