La primera edición de Accelerating Bitcoin, realizada los días 15 y 16 de septiembre en el Paseo Galería, reunió a más de 350 participantes de 18 países, consolidando al país como un actor estratégico dentro del ecosistema global de Bitcoin.
Entre los momentos más relevantes estuvo el panel “Bitcoin y Energía en Paraguay: ¿Amenaza o Aliado para el Desarrollo?”, que generó un intercambio clave sobre el futuro de la minería y el uso responsable de la energía.
Capamad: hacia un plan estratégico nacional
Para la Cámara Paraguaya de Minería de Activos Digitales (Capamad), la criptominería constituye una oportunidad única para posicionar a Paraguay en el mapa tecnológico mundial. Su socio fundador, Bruno Vaccotti, sostuvo que el país cuenta con un “privilegio energético que el mundo envidia” y que no puede seguir “regalando su energía” sin un plan estratégico de monetización.
Vaccotti subrayó que la minería de Bitcoin no es una competencia con la ciudadanía, sino una herramienta para aprovechar los excedentes eléctricos y transformarlos en desarrollo. “Se trata de organizar un plan estratégico que convierta lo ocioso en un activo mundial que multiplique oportunidades para todos los paraguayos”, afirmó.
Entre los impactos positivos que genera esta industria, citó la creación de empleos técnicos bien remunerados, la innovación en data centers, refrigeración y telemetría, así como inversiones en infraestructura energética que también podrían atraer a sectores de vanguardia como la inteligencia artificial.
Además, destacó el potencial de Bitcoin como catalizador de inclusión financiera: una vía para que emprendedores paraguayos puedan acceder directamente a mercados globales sin intermediarios. “Lo que necesitamos son reglas claras, previsibilidad y transparencia. Auditorías, trazabilidad y registros serios no espantan a nadie; al contrario, son las garantías que buscan las empresas que vienen a invertir en serio”, recalcó.
ANDE: de la informalidad a la regulación
Desde la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), su presidente Félix Sosa recordó que la criptominería en Paraguay comenzó de forma formal en 2020, cuando se estableció una tarifa especial para el consumo intensivo de energía.
Uno de los mayores desafíos fue enfrentar a los operadores ilegales que sobrecargaban las redes y robaban energía. Con reformas legales y mayor fiscalización, la ANDE logró reducir significativamente estas prácticas: “Le vencimos a ese sector, y ahora nos quedamos con los legales, con quienes trabajamos bastante bien”, puntualizó.
Sosa también adelantó que los contratos actuales de suministro para criptominería rigen hasta 2027, y que el Congreso estudia una ley de energías renovables no convencionales. Este marco legal permitirá a grandes consumidores, como la minería de Bitcoin, autogenerar o adquirir energía directamente del sector privado, siempre priorizando el suministro a los hogares y la industria nacional.
Hacia 2030: energía, tecnología y desarrollo
Tanto desde el sector privado como desde la administración pública se coincidió en que la minería de Bitcoin no debe ser vista como una amenaza, sino como una oportunidad estratégica para el país.
En la visión de Vaccotti, hacia 2030 Paraguay puede transformarse en una potencia tecnológica: un país que monetiza inteligentemente sus excedentes energéticos financia educación y ciencia con los beneficios de la minería, y evoluciona hacia centros de datos de alto valor agregado.
Mientras tanto, la ANDE reafirma que su prioridad es garantizar el suministro eléctrico para la ciudadanía, al tiempo de generar condiciones para que la minería legal de Bitcoin aporte a la economía nacional sin comprometer la seguridad del sistema eléctrico.


