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Entre acuerdos y déficit, Paraguay juega su inserción global

Por Lucas Bianchi, CEO de Interborders

La economía exterior paraguaya llegó al cierre de agosto de 2025 con una señal que obliga a repensar estrategia, con un déficit acumulado que, según el Banco Central, llega a US$ 831,4 millones, producto de exportaciones por US$ 10.852,9 millones frente a importaciones por US$ 11.684,3 millones. Estos números no son un incidente temporal, son el punto de partida para entender por qué los acuerdos internacionales y la logística deben pasar de ser aspiraciones a prioridades operativas.

La logística como espejo del comercio exterior

El retroceso exportador y el avance importador explican, en la práctica, la presión que hoy recae sobre la infraestructura, que implica más demanda de ingreso de bienes y menos volumen de salida eficiente.

El BCP muestra que la caída en las exportaciones se concentra en soja, harina de soja y arroz, mientras las reexportaciones (componente relevante del comercio fronterizo), también retroceden, reduciendo el dinamismo en zonas limítrofes. Esta combinación genera un problema logístico, porque los camiones y barcazas que ingresan con mercaderías encuentran menos carga disponible para llevar de regreso, lo que encarece los costos por los llamados retornos vacíos, colapsa depósitos y transforma la hidrovía y los corredores terrestres en cuellos de botella operativos.

A esto se suman las cifras de la Ventanilla Única del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), que en julio mostró exportaciones bajo certificado de origen por US$ 550,8 millones, con América aún dominando, pero con Asia ganando tracción, lo que confirma la urgencia logística de adaptarse a rutas más largas y exigentes.

Acuerdos que replantean la geografía comercial

Los acuerdos en trámite o recientemente firmados, (Mercosur–Unión Europea, el pacto con Emiratos Árabes Unidos y contactos con Singapur), ofrecen caminos de solución, pero también imponen nuevas reglas de trazabilidad, certificaciones y tiempos que la logística nacional debe cumplir.

Mientras tanto, la región muestra otra dinámica que se puede considerar. Tenemos a Brasil que llega con balances comerciales robustos y una matriz exportadora diversificada que le da margen para invertir en corredores y puertos. Esa experiencia regulatoria y operativa ofrece a Paraguay oportunidades para seguir fortaleciendo sus propios acuerdos comerciales.

Al mismo tiempo, países como Uruguay ya capitalizan la trazabilidad ganadera para abrir mercados asiáticos con ventaja, lo cual es una lección práctica de cómo logística, regulación y certificación se traducen en demanda sostenida.

Perspectivas para el segundo semestre

Si las tendencias persisten, el déficit podría crecer hacia fines de 2025, dejando de ser solo un problema temporal. Pero el escenario tiene doble lectura, porque la llegada sostenida de bienes de capital puede elevar la capacidad productiva si se acompaña de inversión logística; y la diversificación de destinos (Asia, Medio Oriente, Europa) puede amortiguar shocks de precios de commodities si Paraguay mejora la trazabilidad.

La próxima decisión política y privada no es si se negocian más acuerdos, sino cómo se conecta cada acuerdo con una logística capaz de cumplir los requisitos del comprador global. Entre acuerdos y déficit, la prueba de fuego es operacional, con foco en mover mejor, no solo vender más.

 

 

 

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