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Faena en frigoríficos de exportación de Paraguay creció 5% hasta septiembre

El sector cárnico paraguayo atraviesa un 2025 de contrastes: mientras el volumen de faena acumulado muestra un crecimiento del 5% respecto al año anterior, la industria frigorífica reduce su ritmo operativo y funciona apenas al 58% de su capacidad instalada, de acuerdo con los datos del Registro de Faena de septiembre.

En total, se registraron 1,73 millones de cabezas faenadas en los primeros nueve meses del año, con una mejor distribución trimestral en comparación con 2024. Este desempeño refleja el esfuerzo sostenido del productor paraguayo, que ha logrado mantener el flujo de hacienda pese a los altos costos de producción, la variabilidad climática y las presiones del mercado interno.

Desaceleración industrial y margen ocioso

Aunque los números globales son positivos, el ritmo industrial se desaceleró en el tercer trimestre, con una caída del 6% frente al segundo.

El nivel de utilización del 58% sugiere que la industria cuenta con un amplio margen ocioso, lo que le permite regular el ritmo de compra y marcar el pulso del mercado, en un contexto de menor dinamismo exportador.

“La faena crece en términos absolutos, pero la capacidad ociosa industrial muestra que el equilibrio del sistema sigue siendo frágil”, señala el informe remitido de la Asociación Paraguaya de Productores y Exportadores de Carne (APPEC).

Concentración en pocas manos

El tablero de la faena paraguaya mantiene una alta concentración empresarial.

De acuerdo con los registros oficiales:

Minerva y Frigorífico Concepción concentran cerca del 60% del total nacional.

Las cooperativas menonitas, Chortitzer, Fernheim y Neuland, las mismas aportan otro 24%, destacándose por su eficiencia técnica y estándares de calidad, aunque habitualmente alineadas a las políticas de precios de los grandes grupos frigoríficos.

Esta estructura refuerza las asimetrías en la formación del precio del ganado, ya que los frigoríficos líderes pueden modular la demanda y ajustar los niveles de faena más rápidamente que los productores pueden reaccionar con su oferta.

En la práctica, esto se traduce en una mayor capacidad de negociación industrial y en una creciente vulnerabilidad del productor ante eventuales caídas de los precios internacionales o restricciones coyunturales de exportación.

Desafío de equilibrio para 2026

El desempeño del 2025 confirma que la ganadería paraguaya mantiene su resiliencia, pero también expone la necesidad de avanzar hacia un sistema más competitivo y equitativo, donde la formación de precios sea más transparente y los márgenes se distribuyan de manera equilibrada a lo largo de la cadena.

De no corregirse estas distorsiones, advierten analistas del sector, la recuperación del hato y el fortalecimiento del productor podrían verse comprometidos en 2026.

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