Exportadores y arroceros coinciden en que Paraguay necesita acelerar la inversión logística para sostener su competitividad. Las mejoras actuales son insuficientes frente al ritmo de expansión agrícola e industrial.
El crecimiento productivo del país volvió a encender las alarmas sobre la necesidad de una red vial más robusta, eficiente y sostenible. Tanto la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) como la Federación Paraguaya de Arroceros (Feparroz) coinciden en que la infraestructura actual comienza a quedar rezagada frente al dinamismo del sector.
El director ejecutivo de Capeco, Hugo Pastore, fue contundente: la producción agrícola avanza a un ritmo que exige obras estratégicas y logística acorde al volumen que Paraguay ya mueve y que moverá en los próximos años. Entre las prioridades, destacó el Corredor Metropolitano del Este y la habilitación plena del segundo puente con Brasil, advirtiendo que el Puente de la Amistad llegó a su límite operativo.
“Cuando las rutas no acompañan, se pagan estadías de camiones y aumenta el flete. Eso afecta directamente la competitividad y puede hacernos perder negocios”, afirmó Pastore.
Una brecha logística que impacta en costos y oportunidades
La modernización del transporte, desde flotas más grandes hasta mayor demanda, requiere una infraestructura capaz de sostenerla. Pastore advirtió que, aunque hubo avances, “todavía no es suficiente para el ritmo de crecimiento del país”.
Desde Feparroz, su vicepresidente Reinerio Franco coincidió en que el crecimiento productivo, especialmente del sector arrocero, avanza más rápido que la infraestructura. “La frontera agrícola creció muchísimo y lo hizo acompañando las condiciones viales”, señaló.
Pero la competitividad es un desafío permanente: Paraguay compite con Uruguay, Argentina y Brasil, países con puertos de ultramar y ventajas logísticas estructurales. Allí, cada dólar cuenta.
Franco ejemplificó que algunas rutas podrían reducir hasta US$ 5 por tonelada en costos, lo que generaría un ahorro anual de US$ 15 millones solo en transporte. Además, una infraestructura adecuada podría volver rentables zonas hoy inalcanzables.
“Paraguay podría crecer fácilmente un 50% en los próximos cuatro o cinco años”, estimó el dirigente.
Desarrollo económico y territorial: dos caras de la misma ruta
La infraestructura vial no solo incide en la competitividad exportadora. También afecta directamente a miles de pequeños productores que quedan aislados por falta de caminos adecuados, refiere el informe semanal de la Unión de Gremios de la Producción (UGP).
“Con buenas rutas desarrollamos el país”, enfatizó Franco, señalando que la inversión en caminos multiplica oportunidades, evita migraciones forzadas y genera crecimiento “geométrico” al conectar zonas productivas con mercados reales.
Ambos gremios coinciden en un mensaje común: si Paraguay quiere sostener su ritmo de crecimiento, la infraestructura no puede seguir detrás de la producción. El desafío es claro y urgente.
