La Asociación de Bancos del Paraguay (Asoban) emitió un comunicado en el que no oculta su pesar por la decisión: lamenta que ambas instituciones “se vean forzadas a desistir del proceso de fusión”, una iniciativa que, según señala, tenía el potencial de fortalecer aún más la estructura financiera del país.
Atlas y Familiar no son actores secundarios dentro del ecosistema financiero local. Son bancos con trayectoria, amplia base de clientes y peso real en el crédito y la bancarización. La perspectiva de una consolidación entre ambos despertaba expectativas optimistas en el mercado: más escala, más eficiencia y una capacidad reforzada para competir en un sistema financiero en constante evolución.
Sin embargo, el proceso encontró un obstáculo que, según Asoban, se encuentra fuera del ámbito de gestión y voluntad de las entidades involucradas. La asociación remarca que existen medidas judiciales que hoy impiden al Banco Central del Paraguay (BCP) avanzar con el análisis técnico y regulatorio de la operación. En consecuencia, el procedimiento quedó congelado, sin posibilidad de avanzar por los canales institucionales previstos
El llamado a la seguridad jurídica
En su comunicado, Asoban eleva un mensaje que resuena más allá de este caso específico: la necesidad de autonomía, previsibilidad y seguridad jurídica en los procesos regulatorios. Para la asociación, estos elementos no solo garantizan el funcionamiento adecuado del sistema financiero, sino que también resguardan la estabilidad necesaria para que bancos, empresas y ciudadanos operen con confianza.
El tono es prudente, pero firme: la interrupción forzada del proceso de fusión despierta preocupación dentro del gremio, especialmente por el impacto que decisiones externas pueden tener en operaciones estratégicas y de largo alcance.
Continuidad y confianza
A pesar del revés, Asoban reafirma públicamente su confianza en que tanto Banco Atlas como Banco Familiar seguirán desempeñando un rol fundamental en el fortalecimiento del sistema financiero y en el desarrollo económico del país. Su mensaje apunta a sostener la estabilidad y a valorar la trayectoria de ambas instituciones, más allá de la frustrada integración.

