El presidente estadounidense Donald Trump, acusa a la UE de “debilidad” ante la migración y la guerra en Ucrania, mientras impulsa una nueva hoja de ruta para reafirmar la supremacía global de Estados Unidos. Sus declaraciones reavivan tensiones políticas en un continente ya polarizado.
En una nueva demostración de su línea dura, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a cargar contra Europa al calificarla como un bloque “en decadencia” que “no sabe qué hacer” frente a la migración y la guerra entre Rusia y Ucrania. En entrevista con Politico, sostuvo que ciudades como Londres y París están “debilitadas” por la inmigración desde Oriente Medio y África, y cuestionó la capacidad de los líderes europeos para responder a los desafíos actuales.
Las declaraciones de Trump llegan tras la difusión de una hoja de ruta estratégica elaborada por Washington, que propone garantizar la “supremacía estadounidense” y advierte que, de mantenerse las tendencias actuales, Europa podría volverse “irreconocible” en menos de dos décadas.
El republicano aseguró que respaldará, sin reservas, a candidatos europeos alineados con su visión. Ya expresó afinidad con la italiana Giorgia Meloni y con el húngaro Viktor Orbán, conocido por su política migratoria restrictiva. También negó haber ofrecido apoyo financiero a Orbán, aunque reconoció que el premier húngaro sí lo solicitó.
Las críticas llegaron rápido desde Bruselas y otras capitales. António Costa, presidente del Consejo Europeo, fue tajante: “Los aliados no interfieren en la vida política de sus socios”, advirtió desde París.
En paralelo, Trump defendió su plan para frenar la guerra en Ucrania. Exhortó a Kiev a celebrar elecciones, algo impedido por la ley marcial, y afirmó que la propuesta estadounidense ya cuenta con apoyo entre altos funcionarios ucranianos. La idea de ceder territorio a Rusia, elemento presente en el borrador, fue descartada por Volodímir Zelenski, quien se reunió en Londres con los líderes de Reino Unido, Francia y Alemania para presentar un plan alternativo.
Los socios europeos coinciden en que cualquier alto el fuego debe incluir garantías sólidas que eviten nuevos ataques rusos. Sin embargo, Trump se burló del ritmo de negociación europeo: “Hablan, pero no producen nada”.
Mientras Washington presiona por una salida rápida, en Europa temen que las posturas maximalistas del republicano profundicen tensiones internas y aceleren la fragmentación política del bloque. La pulseada promete intensificarse en un 2026 cargado de elecciones clave y millonarias inversiones en seguridad y defensa que hoy siguen en disputa.
