Mario Contreras, análisis estratégico y desarrollo de negocios sostenibles
Quienes siguen de cerca el desarrollo inmobiliario en Asunción saben que el mercado ya no se mueve únicamente por inercia. Durante los últimos años se ha producido un cambio silencioso pero profundo: hoy los proyectos se evalúan con más criterio, más comparación y menos entusiasmo automático.
Antes bastaba con una buena ubicación y una promesa de valorización. Hoy eso no alcanza. El comprador y, sobre todo, el inversionista, miran con más atención la coherencia del proyecto completo. Analizan quién desarrolla, cómo ejecuta, si cumple plazos y si el producto tiene sentido más allá del render.
Este cambio ha elevado el estándar del mercado. Se nota en las preguntas que hacen los clientes, en las comparaciones entre proyectos y en la menor tolerancia a la improvisación. Ya no se compra solo “metros cuadrados”, se compra confianza, previsibilidad y una lógica de largo plazo.
En ese contexto, el valor inmobiliario empieza a construirse de otra forma. La ubicación sigue siendo relevante, pero ahora se combina con diseño funcional, tipologías bien pensadas y una gestión comercial que acompaña todo el ciclo del proyecto. Los desarrollos que logran equilibrar esos factores son los que mejor responden al nuevo escenario.
Este proceso también ha empujado a varias desarrolladoras a profesionalizar su enfoque. Algunas han dejado atrás el modelo fragmentado, donde cada etapa funciona de manera aislada, para avanzar hacia una visión más integrada del negocio. Ese tipo de mirada, más estratégica que coyuntural, es la que hoy marca diferencias en el mercado.
Es el caso de desarrolladoras como Altea Desarrollos, que han optado por estructurar sus proyectos entendiendo el desarrollo inmobiliario como un proceso completo, desde la planificación hasta la gestión comercial.
Mirando hacia adelante, todo indica que el mercado seguirá activo, pero será cada vez más exigente. No necesariamente ganarán quienes construyan más, sino quienes construyan mejor. En ese escenario, la estrategia, la coherencia y la credibilidad pasan a ser activos tan importantes como el terreno o el financiamiento.
El desarrollo inmobiliario en Asunción está entrando en una etapa más madura. En este escenario, la diferencia ya no la marca el entorno general, sino la capacidad de cada desarrollador para leer el mercado, ejecutar con coherencia y sostener una visión de largo plazo.
