Para abril está prevista la apertura de ofertas de la licitación para levantar la central hidroeléctrica Chihuido I, un proyecto que considera la instalación de 637 MW de capacidad en la zona norte de la Patagonia Argentina.
Con una inversión de US$ 1.570 millones y una superficie inundable de 18.000 hectáreas, que triplica lo propuesto en proyectos como HidroAysén en Chile, esta iniciativa marca un paso más en los planes del gobierno argentino para desarrollar su potencial hidroeléctrico y remontar la desaceleración que desde hace dos décadas evidenciaría este tipo de inversiones en ese país, lo que tiene a la hidroeléctricidad representando actualmente del orden del 35% de la matriz.
Entre 2000 y 2012 en Argentina entraron en operación sólo 1.100 MW en base a agua. Sin embargo, en los últimos años las autoridades han incluido el desarrollo de proyectos hidroeléctricos especialmente en la zona de la Patagonia, como es el caso del complejo rebautizado como Presidente Néstor Kirchner (ex Condor Cliff) y Gobernador Jorge Cepernic (ex La Barrancosa), que fue relicitada en 2012.
En total, ese país cuenta con 7.825 MW que están en construcción o con estudios básicos concluidos.
Claro que Argentina no es el único vecino de Chile que está dispuesto a impulsar su potencial hidroeléctrico, pues Perú ya tiene en evaluación ambiental iniciativas de este tipo por más de 2.100 MW, un volumen que es similar al de la iniciativa que a nivel local tramitan Endesa y Colbún.
En términos conjuntos, y considerando los proyectos de ambos países que presentan el mayor grado de avance, Argentina y Perú tienen en carpeta iniciativas que superan los 5.100 MW, es decir, poco más de seis veces el tamaño de la mayor hidroeléctrica que opera en Chile, Ralco (690 MW).
Al comparar otras variables asociadas a estos desarrollos, destaca que en conjunto inundarían un área que supera las 74 mil hectáreas. Para tener una idea, en total, los embalses de las centrales Rapel (370 MW), Colbún (470 MW) y los proyectados para las cinco centrales de HidroAysén (2.750 MW) representan una superficie de 19.600 hectáreas.
Volviendo a la capacidad instalada, las cifras aumentan, cuando el cálculo se amplía hacia aquellas iniciativas que tienen potencial, pero presentan un grado de desarrollo menor, pues en ese caso Argentina exhibe más de 7.800 MW, mientras que en Perú la capacidad podría alcanzar los 12.500 MW, considerando únicamente los proyectos planteados en el río Marañón.
“Arteria energética”
En el caso de Perú, los tres proyectos que presentan mayor grado de avance se ubican en lo que se ha denominado la “Arteria energética del Perú”: el río Marañon.
En 2011, el entonces presidente, Alan García firmó un decreto donde planteaba la posibilidad de instalar 20 centrales hidroeléctricas a lo largo de este río, lo que demandaría una inversión en torno a los US$ 15.000 millones.
En enero el ministro de Energía peruano, Jorge Merino, dijo que una de las prioridades de su país es incrementar la capacidad instalada de generación, que bordea los 6.900 MW, para responder al crecimiento de la demanda, que oscila en los 5.500 MW.
“Lo que tenemos que hacer es trabajar para instalar más centrales hidroeléctricas; consolidar la infraestructura de transporte para el gas natural y consolidar nuestro sistema de transmisión”, dijo el secretario de Estado y añadió que para ello el gobierno tiene previsto entregar facilidades y garantías para la instalación de hidroeléctricas. A partir de esto, en agosto serían concesionadas unidades por 1.000 MW.
Por: Jéssica Esturillo O.
Fuente: Diario Financiero