El recién nacido acuerdo, que firmaron Chile, México, Colombia y Perú el 10 de febrero, es visto por la publicación económica como oportunidad de fomentar el libre comercio no sólo entre los países firmantes, sino en otras naciones cercanas que podrían llegar a competir próximamente incluso con los mercados asiáticos. “A medida que crece a largo plazo (Costa Rica ha aceptado recientemente comenzar el proceso para ingresar como miembro) la Alianza marcará una senda que permitirá construir acuerdos de libre comercio en el continente que incluyan a Canadá, EE.UU. y Centroamérica”, afirma The Economist.
En un extenso artículo, se analizan las principales fortalezas de cada país en el acuerdo, en el caso de Colombia en la exportación de productos básicos manufacturados como alimentos procesados, ropa o pieles, así como los beneficios que se alcanzarán en cuanto a transparencia para adjudicar proyectos de inversión. Pero no todos los beneficios son para bienes, pues también se destacan los retos que primero se deberán superar para alcanzar estos ambiciosos objetivos. Es en este punto donde destaca las “preocupaciones” que ha generado en Colombia el acuerdo de libre competencia en productos típicos del país como el café o los plátanos. Por ello, el rotativo emplaza a superar los miedos que cada país presenta en aras de conseguir que la Alianza sea un éxito, ya que “su potencial para convertirse en un grupo relevante dependerá de su habilidad para cumplir los acuerdos alcanzados”.
Por: Cynthia de Benito
Fuente: La República