La desaceleración de la economía global ha empezado a generar que las empresas que se desempeñan en diferentes sectores se vean obligadas a recortar personal, un fenómeno que incidirá en que al terminar este año América Latina tenga 21 millones de desempleados.
Esta cifra hace parte de las perspectivas para 2016 y 2017 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en las que también se evidencia que la tasa de desempleo global será de 5,8% este año.
De acuerdo con el informe, se cree que 2015 culminó con 197,1 millones de personas desocupadas en el mundo y las previsiones de crecimiento económico estiman que el número se incrementará 2,3 millones este año y 1,1 millones el próximo.
“La mayor parte de este crecimiento tendrá lugar en las economías emergentes que se prevé sumarán, en 2016, más de 2,4 millones al número de desempleados y 1,4 millones en 2017”, señaló el estudio.
De esta forma, este grupo de naciones tendrá 137,7 millones de cesantes este año y 139,1 millones el próximo. Esto se traduciría en una tasa de desempleo de 5,6% para ambos períodos.
De acuerdo con la OIT, las economías emergentes que más van a contribuir a este total son Brasil, 700.000; y China, con 800.000. Según los analistas, la coyuntura económica de ambos países, que incluye bajas perspectivas de crecimiento del PIB para este año, impulsarán estos resultados en el corto plazo.
Iván Jaramillo, analista del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario señaló que la generación de trabajo está ligada al ritmo de la economía y los países que viven alguna recesión también sentirán un golpe en su modelo productivo.
“A eso hay que sumarle que el sistema de producción de las empresas es deslocalizado y globalizado, razón por la que se emplea mayor mano de obra barata en Asia”, añadió.
La OIT recalcó que el panorama global del mercado laboral dependerá de la forma en que los exportadores de materias primas reaccionen a la caída de sus ingresos provocada por la caída de los precios, ya que unos recortes sustanciales del gasto tendrían repercusiones importantes incluso en los países desarrollados, que si bien han implementado políticas contra el desempleo, podrían toparse con disminuciones de puestos de trabajo por la caída en la importación y demanda de commodities.
Las perspectivas para las economías avanzadas indican que la tasa de desempleo del año pasado terminó en 6,7% y señalan que este año la cifra cerrará en 6,5% y en 2017 será de 6,4%. Esto significaría pasar de 46,7 millones de desempleados a 45,3 millones.
Cabe recordar que algunas naciones de esta región con problemas críticos en su mercado ya iniciaron acciones. Una de ellas es Francia, que anunció al comienzo de la semana un estado de excepción económica debido a la desocupación, superior a 10%, de la población.
En ese momento, el presidente galo, François Hollande reveló la inyección de más de US$2.000 millones para impulsar la creación de trabajo.
Stefano Farné, director del Observatorio de Mercado Laboral de la Universidad Externado, dijo que si bien las potencias europeas no han tenido crecimientos económicos muy altos, la perspectiva va hacia una recuperación entre éste y el otro año, por lo que se prevé que se empleen más personas.
Fuente: La República