Los mercados recibieron con euforia la coercitiva citación a declarar al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva conocida hoy. Este terremoto político-judicial debilita a Dilma Rousseff y torna de una forma u otra más probable la materialización del por ahora dormido proceso de Ipemachment. Las persepctivas de un eventual regreso de Lula a la presidencia en 2018 también se reducen (en teoría). En definitiva, todas estas «malas noticias» para el Partido de los Trabajadores impulsaron fuertemente la Bolsa de São Paulo y llevaron al Real a su máximo valor en 7 meses. El indice Ibovespa subía más del 3,5% y el Real 2,5%.
Los números difundidos en las últimas horas son por demás desalentadores, con una contracción del PBI en 2015 del 3,8% (Mayor desplome en un cuarto de siglo) y una inflación de dos dígitos (10,67%) por primera vez desde 2002. Por último, el deficit fiscal en los últimos 12 meses acumula USD 51.600 millones de dólares (2.94% del PBI).
Se trata de un movimiento divorciado de la delicada situación macroeconómica por la que atraviesa el país y alimentado únicamente por las expectativas de un eventual cambio en la conducción económica. La tendencia se nutre de especulaciones sobre hechos políticos que podrían suceder, tornando así difícil predecir cual será la evolución de los mercados a partir de la próxima semana.