Las entidades financieras ya combaten a las ‘fintech’ con nuevas propuestas digitales.
Crédito: Víctor Cruzado. Diario Expansión, España – RIPE.
El contraataque de las entidades financieras tradicionales para recuperar el terreno perdido ante el empuje de las fintech se aproxima. De acuerdo con el informe que Oliver Wyman ha dado a conocer este martes en el Foro de Davos, la próxima gran ola de innovación será impulsada por la banca tradicional en un intento por ofrecer soluciones a los clientes y recuperar su favor, tras años de ir a remolque de las nuevas firmas tecnológicas.
En el documento Time to start again, la consultora examina el potencial de la vieja industria financiera para resetearse y retomar la iniciativa después del impacto que ha supuesto la disrupción digital para el negocio.
Para ello, describen un nuevo enfoque emergente, al que denominan greenfield, a través del cual las entidades establecidas pueden crear nuevos negocios digitales desde cero, reducir costos de forma significativa y operar como catalizadores del cambio en la organización principal.
A través de este nuevo enfoque se situaría al cliente y al análisis de datos en el centro de la actividad, mientras que se contaría con una cultura y un sistema de gobierno diferenciado del de la organización principal, además de aprovechar los últimos avances tecnológicos.
«Para una industria cuyo producto (el movimiento y almacenamiento de dinero) es electrónico, los procesos aún son demasiado manuales», explicó Ted Moynihan, socio director y director global de servicios financieros de Oliver Wyman. «Las empresas tradicionales buscarán liberarse de las ataduras de su infraestructura heredada y embarcarse en futuros viajes sin trabas».
El informe disecciona las ventajas de los nuevos usos frente a los tradicionales en términos de:
Eficiencia: un banco tradicional necesita invertir 150 dólares para captar un cliente, frente a los 30 dólares de un banco digital.
Agilidad: una cuenta corriente tarda de media tres días en estar accesible en un banco tradicional, frente a la instantaneidad de sus pares digitales.
Rapidez: un banco tradicional tarda entre tres y seis meses en lanzar nuevas características por dos semanas de los digitales.
Satisfacción laboral: solo el 25% de los empleados de banca tradicional califican su compañía como empleador cinco estrellas, frente al 68% de los trabajadores de compañías financieras digitales.
REACCIÓN
Pero la reacción de los actores tradicionales ya comienza a materializarse. RBS Group lanzará próximamente Bó, una oferta digital greenfield, construida con nueva tecnología, en menos de 12 meses. El National Australia Bank (NAB) ha tenido éxito con QuickBiz, una solución de préstamos sin garantía totalmente digital, y la aseguradora alemana ERGO ha creado Nexible, una fintech de su negocio de seguros de automóviles. Por último, Goldman Sachs lanzó Marcus en EEUU, lo que le permitió entrar en la banca de consumo.
El éxito de los denominados digital challengers ha convencido a las entidades con mayor tradición a adoptar los nuevos retos, después de corroborar que los negocios apoyados en capacidades digitales han conseguido un impulso superior (neobancos digitales que captan millones de clientes, grandes actores tecnológicos dando sus primeros pasos en el sector…).
«Las entidades que sean capaces de integrar lo nuevo con las ventajas de lo existente serán las que sobrevivan e incluso ganen en el futuro», explicó Pablo Campos, socio director de Oliver Wyman en España y Portugal.
El informe defiende que a través del uso de la tecnología, una operativa abierta y servicios de terceros, las nuevas plataformas bancarias y de seguros se pueden construir en un año con un costo de entre 10 y 60 millones de dólares.
El objetivo de las empresas de servicios financieros sería superar a las fintech con plataformas greenfield, que sumarían la ventaja que supone contar con amplios recursos y una base de clientes real desde el primer día. Las oportunidades para el desarrollo de nuevas soluciones son amplias, sobre todo en los servicios agregadores, las funcionalidades de integración de transacciones o simulaciones de gestión de riesgos.
«Nos encontramos en un momento de disrupción absoluta, en el que los nuevos actores están siendo capaces de comer terreno a las organizaciones tradicionales. No obstante, éstas últimas tienen la posibilidad de competir de tú a tú con los digital challengers y no quedarse atrás en el nuevo panorama de la industria de servicios financieros», indicó Campos.
En el proceso, los nuevos negocios greenfield ayudarán a impulsar el cambio en toda la organización a través de lo que el informe denomina flywheel momentum, un empuje que se canaliza a través de la recopilación de datos, el desarrollo de nuevas propuestas de valor y la atracción de talento. «La simbiosis creará un mejor sistema financiero en su conjunto», concluyó Campos.