Sector inmobiliario esquiva el primer golpe de la crisis

El sector real estate siempre ha sido un refugio importante de capital, más en las épocas de crisis. Y esta pandemia no fue la excepción.

El COVID-19 ha golpeado muy fuertemente todas las economías mundiales, más aún a sectores comerciales con muy poco nivel de ventas online, como es el caso de Paraguay.

Las economías con alto grado de informalidad han significado un reto enorme para los gobiernos a la hora de tomar medidas para ayudar a las personas que se quedaron, de un día para otro, sin ingresos producto de la cuarentena obligatoria.

En Paraguay, el real estate sigue gozando de buena salud; y no solo ha continuado, sino que además se han iniciado nuevos proyectos.

El desarrollo inmobiliario en el país es muy joven, no tiene todavía 10 años. En este lapso, Paraguay ha tomado visibilidad a nivel global y eso ha traído inversiones principalmente regionales, siendo un efecto positivo en cuanto al incremento de las construcciones civiles y proyectos de desarrollo inmobiliario como retail, oficinas, edificios de departamentos.

FINANCIAMIENTO

El crecimiento del sector real estate se debe a las condiciones favorables que se dan en el país; carga impositiva razonable, demanda de productos que no existían y prudente costo de tierra. La construcción, además de una estabilidad económica y política, crea el clima ideal para inversiones inmobiliarias, siempre que se hagan los análisis correspondientes.

Pero es vital que el gobierno ponga foco en trabajar en que la población pueda acceder a su primera vivienda a través de créditos hipotecarios accesibles, es decir, con requisitos, plazos y tasas acordes al mercado paraguayo.

Lograr que las personas, en lugar de estar pagando alquileres, estén realizando el mismo desembolso mensual por la adquisición de una vivienda propia.

Lo más importante para satisfacer esta demanda real es generar productos financieros como los créditos hipotecarios, que permitan alcanzar el pago de una cuota lógica y así lograr generar el círculo de desarrollo y crecimiento sostenido.

Pero para ello el Estado debe acompañar flexibilizando el acceso a estos créditos y las desarrolladoras junto con las entidades bancarias, acompañarán esta acción conjunta.

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