Durante los últimos años, el sistema financiero del Paraguay acompañó el crecimiento de la economía.
A diciembre 2020 los préstamos brutos otorgados por bancos y financieras alcanzaron el 44,3% del PBI y los depósitos totales el 51%, indicadores superiores a los registrados a diciembre de 2019, 41,9% y 43,3%, respectivamente, como resultado del aumento sostenido en el nivel de penetración, especialmente en depósitos, y de la caída del PBI, estimada en 1%, según un reporte de FIX SCR.
La estimación original de crecimiento del PBI para 2020 efectuada por el Banco Central del Paraguay (BCP) era del orden del 4%. Sin embargo, la expansión global del COVID-19, que comenzó a afectar a los países de la región en marzo, generó una alta vulnerabilidad y obligó a los gobiernos a adoptar una serie de medidas a fin de resguardar a la población, tales como el aislamiento y la suspensión transitoria de la mayor parte de las actividades productivas y comerciales, que tuvieron un fuerte impacto sobre la actividad económica, el consumo privado y el empleo.
Ante este escenario inédito, el BCP reaccionó rápidamente dictando una serie de medidas de carácter transitorio tendientes a resguardar la solvencia y la liquidez de las entidades financieras para que éstas pudieran asistir a sus clientes más vulnerables, especialmente mipymes y familias.
Adicionalmente, la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) y el Fondo de Garantía del Paraguay (FOGAPY) desarrollaron acciones en apoyo a las medidas implementadas por el Gobierno Nacional en el marco de la pandemia.
La reducción de la tasa de Política Monetaria (TPM) así como los instrumentos de liquidez creados al inicio de la pandemia continúan vigentes, en tanto que la mayoría de las medidas crediticias dictadas por el BCP fueron prorrogadas hasta diciembre 2021.
Sin embargo, las mismas tuvieron un fuerte impacto durante los primeros meses, especialmente por el diferimiento masivo de las cuotas que vencían en marzo, abril y mayo 2020, en tanto que en meses posteriores los bancos y financieras continuaron considerando situaciones puntuales. A diciembre 2020 el 18,6% de la cartera bruta de los bancos fue otorgada en el marco de las medidas excepcionales COVID–19.
En un principio las entidades en general efectuaron reservas de liquidez, previendo que la caída de la actividad económica y el empleo, así como la situación de estrés generada por la pandemia pudieran ejercer presión sobre los depósitos de los ahorristas en los bancos.
Sin embargo, eso no ocurrió sino que, por el contrario, los depósitos totales en el sistema bancario reportaron a diciembre 2020 un crecimiento interanual del 19%, superior al registrado a diciembre 2019 (11,7% interanual), en tanto que los activos líquidos cubrían un saludable 41,1% de los depósitos, a pesar del bajo rendimiento de los valores públicos, cobertura que a diciembre 2019 alcanzaba al 36% para el promedio del sistema bancario.
La evolución de los préstamos, en cambio, muestra un comportamiento distinto. Los préstamos brutos reportan a diciembre 2020 un crecimiento interanual del 8,3%, inferior al 11,3% registrado a diciembre 2019. La caída en la actividad y el empleo impactó fuertemente sobre la normal generación de préstamos, dando origen a una porción significativa de financiaciones otorgadas en el marco de las medidas excepcionales dictadas por el BCP.
La mora de la cartera de créditos se incrementó al principio de la pandemia, alcanzando un pico de 3,4% en abril, para volver en los meses siguientes a valores similares a los del año anterior. A diciembre 2020 la cartera vencida alcanzó el 2,34% de la cartera total de los bancos (vs 2,45% a dic’19).
Los indicadores de rentabilidad, por su parte, reportaron una significativa caída interanual, la cual se explica tanto por la reducción de los márgenes de intermediación como por la menor generación de ingresos por comisiones y la mayor presión de las previsiones por incobrabilidad, informó FIX SCR.
A diciembre 2020 el ROA promedio del sistema bancario asciende a 1,6% y el ROE a 15,5%, desde 2,4% y 23,7%, respectivamente, a diciembre 2019. La caída en los márgenes de intermediación se ve mitigada parcialmente por el bajo costo de fondeo, ya que el 63,1% de sus depósitos son a la vista (versus 56,6% a diciembre 2019).