París, 17 mar (EFE).- La OCDE ha mejorado sus previsiones de crecimiento para las grandes economías mundiales respecto a lo que anticipaba en noviembre para este año y el próximo, pero en términos históricos son endebles, y poner coto a la inflación con más subidas de tipos sigue siendo una de las grandes prioridades.
En su informe intermedio de Perspectivas publicado este viernes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala que desde comienzos de año han aparecido más signos positivos, como la reducción de los precios de las materias primas o la reapertura de China después de tres largos años de restricciones por la covid.
Después de un 3,2 % en 2022, este año calcula que la economía mundial crecerá un 2,6 %, cuatro décimas más de lo que estimaba en noviembre, y el año próximo un 2,9 %, dos décimas más.
Son tasas de progresión que, sin embargo, están por debajo de la tendencia de las últimas décadas y que ponen en evidencia que el mundo va a seguir arrastrando las rémoras que se hicieron manifiestas el pasado ejercicio, sobre todo la inflación.
Dentro de los países del G20, sólo se espera una caída del producto interior bruto (PIB) este año en el Reino Unido (-0,2 %) y en Rusia (-2,5 %).
La recesión en Rusia será mucho menos pronunciada que la que los mismos expertos de la organización le auguraban hace poco más de tres meses (-5,6 %), porque pese a las sanciones occidentales Moscú sigue consiguiendo colocar la mayor parte de sus exportaciones, en especial las de petróleo, aunque con rebajas de precios, que se dirigen ahora muy mayoritariamente a India y China.
REPUNTE DE CHINA AL FINAL DE LAS RESTRICCIONES
China, precisamente, será el único miembro del G20 que tendrá una progresión del PIB mayor este año (5,3%) que el pasado (3%), y lo mismo ocurrirá en 2024 (4,9%), una vez que se han levantado las restricciones por el coronavirus.
Estados Unidos tendrá un crecimiento limitado al 1,5% este año, que, no obstante, será un punto porcentual más de lo anticipado por la OCDE en noviembre, y un 0,9% en 2024 (una décima menos).
La zona euro, más afectada por la escalada de los precios de la energía como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania, se quedará en un 0,8 % en 2023 (tres décimas más que en noviembre) y en un 1,5 % en 2024 (una décima más). España, dentro de los de la moneda única, será el país con mayor incremento del PIB (1,7%) y el de menor inflación (4,2%).
Los autores del informe prevén una moderación de la inflación en el G20 -que ya empieza a ser perceptible- este año (5,9%) y el próximo (4,5% respecto a 2022 (8,1%), pero con notables diferencias entre los países. Y, de todas formas, por encima de los objetivos de los bancos centrales prácticamente en todos, con la excepción de algunos asiáticos como China y Japón.
Eso es particularmente claro en la zona euro, donde la tasa de inflación, que alcanzó el 8,4% de media el pasado año, será del 6,2% en 2023 y todavía del 3% en 2024, netamente por encima del 2% que busca el Banco Central Europeo (BCE).
MÁS SUBIDAS DE TIPOS
Por eso la OCDE insiste en que son necesarias nuevas subidas de tipos de interés en muchos países, como los de la eurozona (habla de un pico al 4,25%) y Estados Unidos (entre el 5,25 % y el 5,5 %), y tendrán que mantenerse elevados al menos hasta bien entrado 2024.
Y lo hace aun reconociendo las incertidumbres por el impacto de ese encarecimiento del precio del dinero, por ejemplo para el sector financiero a la vista de lo que acaba de ocurrir con la quiebra del Silicon Valley Bank en Estados Unidos.
En caso de que se materialicen esos riesgos de forma significativa, su receta es ofrecer una comunicación clara sobre si las restricciones monetarias van a continuar como estaba previsto y al mismo tiempo aplicar medidas temporales para mejorar la liquidez y minimizar la amenaza de contagio.
La organización considera que se deben retirar gradualmente los paquetes fiscales masivos que se activaron el pasado año para contener los efectos de la inflación y sustituirlos por ayudas selectivas para los más vulnerables. EFE