Buenos Aires, 15 ago. (EFE). – El ente oficial de estadísticas de Argentina informó este martes que el índice mensual de inflación de julio pasado fue del 6,3%, un dato en sí preocupante pero que ha quedado como una «foto vieja» tras el salto que se espera para agosto, fogoneado por la súbita devaluación este lunes del peso argentino.
Según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos, el índice de precios al consumidor se situó en julio en el 113,4% interanual.
En comparación con junio pasado, la inflación avanzó un 6,3%, volviendo a tomar impulso tras la muy leve desaceleración registrada en mayo (7,8%) y junio (6%).
Los mayores aumentos de precios en el séptimo mes del año se registraron en comunicaciones (12,2%), producto de la subida de tarifas de servicios de telefonía e internet, y en recreación y cultura (11,2%), principalmente por los aumentos en los paquetes turísticos por las vacaciones de invierno.
Pero la división con mayor incidencia fue la de alimentos, con un alza del 5,8% en relación a junio y del 116,3% en términos interanuales, un dato preocupante ya que tiene impacto directo en el valor de la cesta básica de alimentos que mide la línea de indigencia.
EFECTO CAMBIARIO
Las medidas cambiarias dispuesta por el Gobierno a finales de julio -encareciendo las importaciones y alentando las exportaciones de maíz- derivaron en una aceleración de los precios, principalmente en alimentos.
Luego vinieron varias semanas de alzas en las cotizaciones paralelas del dólar estadounidense en Argentina por una mayor de demanda de divisas para cobertura previo a las elecciones primarias del pasado domingo, un fenómeno que también comenzó a trasladarse a los precios de la economía real.
Para coronar este escenario, este lunes el Gobierno dispuso una devaluación del 22% en el tipo de cambio oficial, una medida que presagia un fuerte salto inflacionario para agosto y los meses venideros, en plena marcha hacia las elecciones presidenciales de octubre.
«Con la devaluación de 22% al tipo de cambio oficial mayorista, comenzó una nueva dinámica en la evolución de los precios marcando un nuevo impulso. Como si fuera poco, el aumento de precios regulados también presionará a la inflación de agosto. Con esto, esperamos que el próximo dato se ubique en torno al 9,3%», indicó Lautaro Moschet, economista en la Fundación Libertad y Progreso.
SIN BRÚJULA
El escenario de este martes es de frenética remarcación de precios en comercios de todo tipo. Otros, como concesionarios de autos, frenaron las ventas. Muchos proveedores dejaron de enviar listas de precios a sus clientes. Se ha perdido la brújula de cuánto valen las cosas.
«Sin dudas la inflación será más alta en estos meses. Estimamos que la mitad de la economía ya funcionaba al tipo de cambio libre, pero buena parte y principalmente gran parte de la canasta básica está aún a tipo de cambio oficial», comentó este martes la consultora LCG en un informe.
La firma proyecta que la inflación acumulará un alza del 20-25% sólo entre agosto y septiembre, con un piso de 13% en agosto. Y calcula que la inflación para todo 2023 sería de entre 155% y 170%, lo que, de concretarse, será la tasa más alta registrada en Argentina desde la hiperinflación de 1989-1990.
Pata LCG, la dificultad de hacer esta «corrección» cambiaria sin solucionar cuestiones de fondo podría instalar la inflación en dos dígitos para el resto del semestre, «algo que podría contagiar más enojo al electorado» con vistas a las presidenciales de octubre.
«Una de las consecuencias directas de este nuevo escenario será el deterioro de indicadores socioeconómicos, principalmente la pobreza. Ya instalada en niveles que superan el 40%, el nuevo salto inflacionario supondrá un nuevo incremento», advirtió la consultora. EFE